Adecco Group Institute, ha elaborado el VIII Monitor Anual Adecco de Ocupación, un detallado análisis de la evolución del empleo según la ocupación en España, con el objetivo de analizar los puestos de trabajo que se están creando o destruyendo en nuestro país desde diferentes ángulos sociodemográficos y económicos.

En esta primera entrega se analiza el perfil demográfico de la ocupación en España: comunidad autónoma, sexo, edad, nacionalidad y nivel de formación alcanzado.

Por último, en aquellos puntos en los que sea relevante la información, estableceremos una comparativa entre los datos de 2020 con los de 2008 –año en que comenzó la anterior crisis económica en nuestro país- para comprender mejor el impacto que ambas recesiones han dejado en la ocupación española y si las consecuencias de ambas han sido muy diferentes.

La primera conclusión de este análisis es obvia: la crisis derivada de la Covid-19 ha destruido empleo en nuestro país, frenando en seco los seis años consecutivos de aumento en la ocupación que venía experimentando el mercado laboral español.

La segunda conclusión es que los jóvenes se llevan la peor parte de esta destrucción de empleo: el número de ocupados de menos de 25 años ha caído en el último año en 216.300 personas (-19,1% interanual).

"LA CRISIS DERIVADA DE LA COVID-19 HA DESTRUIDO EMPLEO EN NUESTRO PAÍS, FRENANDO EN SECO LOS SEIS AÑOS CONSECUTIVOS DE AUMENTO"

Distribución geográfica del empleo en España

En el último año , el número de ocupados en nuestro país ha alcanzado a casi 19,2 millones, ya que, en los últimos doce meses, el número de ocupados se ha reducido en 697.400 personas. Esto significa que la pandemia ha hecho desaparecer prácticamente todos los empleos creados en los dos años anteriores.

El empleo ha caído en todas las comunidades autónomas excepto en la Región de Murcia. Las autonomías que proporcionalmente más han reducido sus respectivos colectivos de ocupados son Canarias, Baleares y, a más distancia, Aragón.

Dos de cada diez empleos se han perdido en Cataluña, con 138.500 ocupados menos. Si a esos empleos sumamos los 115.600 perdidos en Andalucía y los 90.900 que han sido suprimidos en la Comunidad de Madrid, tenemos que la mitad (49,5%) de los empleos eliminados de todo el país corresponden a estas tres autonomías.

Comparando la distribución geográfica del empleo ahora con la de 2008, se observan menos cambios que hace un año, como consecuencia de la pandemia. Canarias y Baleares, que eran las que más espacio ganaban entonces, al ser también las más golpeadas por la crisis del coronavirus, han reducido esa ventaja, haciendo que las diferencias sean menos significativas. Ocho autonomías mantienen su participación en la ocupación total con ligeros cambios.

Las excepciones positivas son Baleares, la Comunidad de Madrid, Canarias, Andalucía y Murcia, que ganan, respectivamente 4 décimas, 3 décimas y 2 décimas en los tres últimos casos. Eso se compensa principalmente con la menor participación de Galicia, Asturias y el País Vasco, que ceden 3 décimas en los dos primeros casos y 2 décimas en el restante.

En todo caso, Cataluña continúa siendo la autonomía donde hay más gente trabajando, con poco más de 3,3 millones de ocupados (17,3% del conjunto de España). Le siguen la Comunidad de Madrid (poco más de 3 millones de ocupados; 15,7% del total) y Andalucía (algo menos de 3 millones, equivalentes al 15,6% de todo el país).

Cuando se comparan los datos con 2008 se encuentra una pérdida acumulada de empleo del 6,7% para el conjunto español. Baleares y la Región de Murcia son las únicas autonomías que presentan ahora un nivel de empleo superior al de 2008.

La ocupación por sexo y autonomía

De los casi 19,2 millones de ocupados que hay en España, 10,45 millones son hombres y 8,72 millones son mujeres. La destrucción de empleo del último año (697.400 puestos) ha castigado un poco más a los hombres. Ellos han perdido 370.300 empleos, mientras que las mujeres han cedido 327.100 puestos.

Aunque en proporciones variables, 14 autonomías imitan el patrón general, con destrucción de empleo para ambos sexos. La Región de Murcia y La Rioja han presentado un incremento en la ocupación masculina, de 4.600 y 100 empleos, respectivamente. En el País Vasco hay 1.700 contrataciones netas de mujeres.

Entre las autonomías que han destruido empleo para ambos sexos, los dos casos extremos son Cantabria y Asturias. En el caso cántabro, el 94,9% de los empleos perdidos corresponden a varones, en tanto que el restante 5,1% era de mujeres.

En cambio, en la autonomía asturiana, 7 de cada 10 puestos de trabajo perdidos pertenecen a mujeres, en tanto que el restante 28,8% estaba ocupado por hombres.

La región más hostil para el empleo masculino ha sido Canarias, donde se han suprimido 45.100 empleos de ese sexo. Tras Canarias se colocan Baleares y Aragón. Por su parte, La Rioja muestra la peor evolución del empleo femenino, con la eliminación de 4.900 puestos de trabajo (-7,4%). Le siguen Canarias (-6,7%) y Baleares (-6,3%).

Castilla-La Mancha (59,2%) y Andalucía (57,9%) son las dos autonomías en las que el empleo masculino tiene un mayor peso en la ocupación total. Por el contrario, las comunidades donde las mujeres reciben una mayor porción del empleo total son la Comunidad de Madrid y el País Vasco (48,3% en ambos casos).

Como hemos visto en el anterior apartado, cuando se comparan los datos con 2008 se encuentra una pérdida acumulada de empleo del 6,7% para el conjunto español, que se amplía hasta el 11,7% en el caso de los varones, pero que en el caso de las mujeres apenas es un ligero incremento de un 0,1%.

Ocho autonomías exhiben ahora un mayor número de mujeres con empleo que en 2008 (aunque hace un año eran 12). Destacan Baleares (+15,5% de incremento en el empleo femenino), Navarra (+5,2%), Canarias (5%) y La Región de Murcia (+3,8%).

Por el contrario, Asturias (-11,5%) y Galicia (-6,1%) son las regiones que están más lejos de recuperar el nivel de empleo femenino de antes de la crisis de 2008.

Empleo por sexo, edad y autonomía

Como suele ocurrir en momentos de crisis, el empleo juvenil ha sido el más perjudicado por la pandemia. Específicamente, el número de ocupados de menos de 25 años ha caído en el último año en 216.300 personas, en tanto que el de mayores de esa edad ha bajado en 481.100. Mientras los jóvenes equivalen a 1 de cada 20 ocupados, a ellos pertenecen 6 de cada 20 empleos perdidos.

Cuando se desglosan los datos anteriores por sexo no se aprecian diferencias notables. En el caso de las personas de 25 y más años de edad, la caída interanual del empleo ha sido de un 2,7% en el caso femenino (230.400 plazas) y un 2,5% en el masculino (250.800 nuevos empleos).

Entre los jóvenes, mientras la ocupación de varones ha tenido un descenso interanual de un 18,7% (119.500 despidos netos), el empleo de mujeres ha caído un 19,6% (96.700 empleos menos).

En 15 comunidades autónomas se registra una evolución similar a la media nacional, es decir, una destrucción de empleo para ambos grupos de edad. Las excepciones son la Región de Murcia y el País Vasco, que han mostrado una leve creación de empleo para adultos (+0,2% y +0,1%, respectivamente).

En todas las autonomías se ha destruido empleo juvenil. Canarias y Baleares son las que han mostrado los peores registros, con descensos interanuales de un 46,5% y un 32,2%, respectivamente.

En el otro extremo, las regiones donde el empleo joven ha tenido una evolución más benigna son la Región de Murcia (-1,6%), La Rioja (-2,7%) y Aragón (-5,2%).

"EN TODAS LAS AUTONOMÍAS SE HA DESTRUIDO EMPLEO JUVENIL"

En el caso del empleo de adultos, dejando a un lado los casos ya mencionados de Murcia y el País Vasco, los resultados menos adversos corresponden a Asturias (-0,7% interanual) y Galicia (-1,1%).

La mayor destrucción de empleo de adultos se ha registrado también en los dos archipiélagos: Baleares (-5,4%) y Canarias (-6%). Es decir que ambas autonomías presentan la peor evolución del empleo en ambas franjas de edad.

Género, edad y autonomía

Si además del grupo de edad tenemos en cuenta el sexo de las personas implicadas, la diversidad de situaciones es más amplia.

En el caso de los varones de menos de 25 años, solo ha aumentado el empleo en la Región de Murcia (+6,5% interanual), mientras que en Cantabria ha permanecido igual. En todas las demás autonomías ha habido destrucción de empleo para jóvenes varones. Los peores resultados han sido los de Canarias (-60,2%), Asturias (-40%) y Andalucía (-26,3%).

Los resultados han sido algo mejores para las personas de sexo masculino de 25 y más años de edad, ya que tres regiones han mostrado un incremento del empleo. Son los casos de la Región de Murcia (+0,9% interanual), Asturias (+0,8%) y La Rioja (+0,3%). Las tres con el saldo más negativo han sido Baleares (-7,2%), Canarias (-5,9%) y Cantabria (-5,8%).

El colectivo de mujeres ocupadas de menos de 25 años también ha mostrado una amplia disparidad. Mientras Asturias ha sido la única en exhibir un incremento en la ocupación (+8,3% interanual), tanto en Aragón como en La Rioja el empleo ha permanecido sin cambios con relación a hace un año.

Las demás regiones presentan una destrucción de empleo para mujeres jóvenes. Los casos más desfavorables son los de Baleares (-42,4% interanual), Galicia (-32,1%) y el País Vasco (-27%).

En el caso de las personas de 25 y más años de edad de sexo femenino, han sido dos las autonomías en las que su ocupación se ha incrementado: el País Vasco (+1,7% interanual) y Cantabria (+0,2%).

Entre las regiones que han visto caer el empleo de mujeres adultas, los descensos más pronunciados se han registrado en La Rioja (-7,8%), Canarias (-6%) y Andalucía (-4,7%).

La ocupación según el nivel formativo alcanzado

Una última perspectiva demográfica para analizar el empleo es la formación. Para ello se han utilizado cuatro grandes categorías:

Primaria, que incluye a quienes hayan acabado o no esa etapa educativa además del pequeño número de analfabetos;

Primera etapa de educación secundaria;

Segunda etapa de formación secundaria y/o Formación Profesional

Superior, que incluye a quienes hayan completado todo o una parte de un grado universitario, además de a quienes tengan maestrías y/o doctorados.

En los últimos cuatro trimestres, solo ha crecido el número de ocupados del nivel formativo superior, mientras que se ha reducido el de aquellos con niveles educativos inferiores. La pérdida de empleo ha sido más grave cuanto menor era el nivel educativo.

Concretamente, han sido contratadas 38.900 personas con formación superior (+0,4%). Esas contrataciones contrastan con el despido de 162.600 personas con educación primaria (-15,5%), 457.700 personas con la primera etapa de la educación secundaria (-8,5%) y 116.000 personas que cuentan con la segunda etapa de la educación secundaria y/o FP (-2,4%).

Desde este ángulo, los 19,2 millones de ocupados españoles se desagregan en 884.400 con no más que educación primaria, 4,9 millones con la primera etapa de la secundaria, 4,6 millones con segunda etapa de formación secundaria o FP y 8,7 millones con formación superior.

Si los datos anteriores son de por sí elocuentes acerca de la importancia fundamental de la educación como medio de maximizar las oportunidades de empleo, eso queda aún más evidenciado cuando se comparan los datos del tercer trimestre de 2008 con los del mismo período de 2020: en los últimos doce años, solo ha aumentado el número de personas trabajando con educación superior, mientras ha caído el de trabajadores con menores niveles de formación.

"LA CANTIDAD DE OCUPADOS CON FORMACIÓN SUPERIOR HA CRECIDO EN 1,8 MILLONES DE PERSONAS"

En efecto, a lo largo de estos años, la cantidad de ocupados con formación superior ha crecido en 1,8 millones de personas (+25,4%), mientras que la de aquellos con educación primaria se ha reducido en 2,1 millones (-70,3%), la de quienes cuentan con la primera etapa de secundaria se ha contraído en 667.300 personas (-12%) y la de los que tienen la segunda etapa de formación secundaria ha disminuido en 391.500 (-7,8%).