Las consecuencias de una guerra que se prolonga ya por un año en Ucrania han obligado a Europa a pisar el acelerador en su transición energética para evitar o reducir al máximo la dependencia de Rusia y de otras grandes potencias globales. Ese camino ha pillado a España en plena implantación de un modelo de Formación Profesional que, sin dejar de lado las profesiones tradicionales, ha puesto el foco en la economía verde y en los sectores emergentes. El Ministerio de Educación, a través de la Secretaría General de FP, está trabajando en nuevas formaciones vinculadas a las baterías de litio, el hidrógeno o la biomasa con empresas punteras en estos ámbitos, como explicaba esta misma semana su responsable, Clara Sanz, en una entrevista a 'La Información' justo antes de reunirse con las comunidades autónomas.

El momento no puede ser más propicio. España contará con cuatro de las 40 nuevas fábricas de baterías para coches eléctricos que se levantarán en Europa hasta 2030. Desde la gigafactoría que Volkswagen construirá en Sagunto -con una inversión prevista de 3.000 millones de euros-, a las de Phi4Tech en Badajoz, la del consorcio entre Acciona y la china Envision en Navalmoral de la Mata y Basquevolt, que desarrollarán a las afueras de Vitoria Iberdrola, CIE y Enagás en colaboración con el Gobierno de Euskadi. Al mismo tiempo, España se ha puesto como meta copar más de la quinta parte de la producción europea de hidrógeno verde en 2030 y ha anunciado nuevas inversiones en el ámbito de la biomasa. El Ejecutivo de Pedro Sánchez calcula que alrededor de 500.000 empleos dependerán de las renovables en la próxima década.

En este camino no solo es importante que se creen las plazas de formación, sino que, a medida que se vayan generando puestos de trabajo, las empresas puedan disponer de los especialistas necesarios. La secretaria General incide en que para las multinacionales la decisión de instalarse en España o en otro lugar depende de la existencia de profesionales bien formados. "Vienen y nos preguntan si vamos a poder garantizarles que van a tener profesionales, ese es el elemento determinante para afincarse o no", apunta Clara Sanz, e incide en que la economía española está ante un momento de oportunidades enormes que las empresas tienen que poder aprovechar.

La pasada semana el Gobierno anunció la creación de 4.000 plazas más este año dentro de la Formación Profesional vinculadas a energías renovables, que se irán ampliando hasta un total de 20.000. España ocupa la octava posición a nivel mundial en potencia instalada y la segunda dentro de la Unión Europea. Además, ha batido récords de nueva instalación fotovoltaica, llegando a duplicar las cifras de autoconsumo. Es un cambio de rumbo que toda Europa está acelerando a raíz de la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia. La energía eólica y la solar generaron una quinta parte (22%) de la electricidad de la Unión Europea en 2022, superando por primera vez al gas (20%), según un informe del 'think tank' energético Ember.

La 'tormenta perfecta' y los fondos Next Generation

Clara Sanz explica que, pese a que la Ley de FP nació con una memoria económica de 5.500 millones de euros, la coyuntura actual ha ejercido de tormenta perfecta. Un año antes de que estallase la Covid y la Comisión diseñase su Mecanismo de Recuperación, España ya contaba con el diagnóstico, con el plan y con los fondos necesarios para trabajar en este ámbito. Ahora, los Next Generation han permitido "redimensionar" muchas líneas de actuación, crear nuevas plazas, modernizar las formaciones con aulas de tecnología o trabajar en el ámbito de acreditación de competencias. "De ahí que tengamos todo tan bien encajado y que vaya con un rodaje que nos está permitiendo un grado de ejecución grandísimo", sostiene la responsable de la FP.

En tres años ha aumentado más de un 20% el número de estudiantes de FP hasta el hito histórico de superar la cifra de 1,1 millones. En ese mismo periodo se han creado 210.000 plazas, cuando la perspectiva era sacar adelante 200.000 en cuatro años. Ahora, Educación pretende crear otras 100.000 nuevas plazas este ejercicio. Además y en el caso de los trabajadores en activo se ha multiplicado por cuatro su participación en la formación. Son, en opinión de Sanz, unos resultados "magníficos" para un periodo tan corto de tiempo y cuando España partía de un suelo tan bajo. Desde su punto de vista "ya no hay marcha atrás en este proceso" y ahora el objetivo es "ir afianzándolo".

Un giro de 180 grados en el modelo de FP

La Ley Orgánica de Ordenación e Integración de la Formación Profesional ha supuesto un giro de 180 grados en relación al modelo previo. En vigor desde 2021, unifica la formación y la cualificación permanente de los trabajadores a lo largo de toda su vida laboral, aumenta las horas mínimas que los estudiantes deben pasar en la empresa, regula cómo tienen que ser todas las ofertas (desde las más amplias hasta las microformaciones dirigidas a quienes estén en activo) y desarrolla la acreditación de las competencias profesionales que los trabajadores han ido adquiriendo a través de su experiencia laboral.

En España, prácticamente la mitad de los trabajadores no tienen acreditadas sus competencias porque no las han adquirido formándose de manera formal, sino con la experiencia. "Eso es insostenible para un país desarrollado, para cualquier economía y empresa porque su mapa de talento no se corresponde con el talento que realmente existe, que es el principal valor añadido", apunta Sanz. Las empresas ven qué talento tienen y cuál necesitan captar en un momento en el que hay "bastante dificultad" para encontrarlo y retenerlo en todos los sectores. La previsión es que entre el 55 y el 60% de los puestos de trabajo sean de técnicos intermedios y superiores en FP, y en España "nos encontramos con que no tenemos profesionales formados para esos puestos que, al final, son el músculo de la empresa".

Esto tiene que ver en parte con la percepción social que ha tenido hasta no hace mucho la Formación Profesional, que se entendía como "una opción de segunda". Los datos reflejan más bien lo contrario: solo el 17% de los jóvenes con titulación de FP están desempleados, según cifras oficiales. El cambio también lo ha dado el sector privado que, durante mucho tiempo, había tendido a contratar a personas sobrecualificadas para unos puestos de trabajo concretos. "La empresa contrataba personas sobrecualificadas y tenía que volver a formarlas para desempeñar un puesto de trabajo para el que no se habían preparado". Esta práctica acababa repercutiendo de forma negativa en su productividad.

La falta de profesionales que afecta a Europa

El problema de falta de profesionales en FP afecta a toda Europa de forma generalizada y se extiende prácticamente a todos los sectores, desde el transporte a las tecnologías de la información. En España el punto de partida es bajo y por eso "tenemos una necesidad mayor", reconoce Clara Sanz. Según datos de Eurostat, el 48% de los alumnos de educación secundaria superior en la Unión Europea (22 millones) optan de media por la FP, mientras que en España el porcentaje es del 34%.

La secretaria General de FP explica que la evolución que este tipo de formación ha vivido en España a lo largo de los últimos años se debe al esfuerzo conjunto del sector público y privado y al buen clima de trabajo que se ha generado entre las partes. "En FP nada funciona si no hay confianza mutua entre los actores: administraciones, empresas, organizaciones empresariales, sindicales, los centros... porque si no es muy difícil trabajar juntos", señala. La coordinación entre el Estado y las autonomías está siendo absoluta en este tema. "Sin estar al cien por cien de acuerdo en todo, hemos conseguido encontrar la intersección, que son las dificultades que tenía la FP", explica a este diario.

Otro de los frentes de actuación abiertos está relacionado con las pymes, esenciales porque conforman más del 90% del tejido productivo. "Desde hace algo más de una década se intentó trasponer a España el modelo de FP dual alemán y es que el tamaño de las pymes alemanas no es el de las españolas. Por eso no funcionó y no pasó del 3%", detalla Sanz. Ahora se está tratando de incorporar ese tejido de pymes y microempresas al ecosistema de la FP por la vía de la innovación. La Ley plantea fórmulas como la existencia de organismos intermedios que ayudan a estas empresas a agruparse, de forma que las personas que estén formándose puedan rotar por ellas, y que se encargan de todos los temas burocráticos para evitar a las pymes la parte más engorrosa del proceso en términos de tiempo.

La FP y la innovación en las pymes

Los propios centros de formación pasan a convertirse en el departamento de I+D del que carecen muchas de estas microempresas. "Estamos hablando de centros donde hay aulas de digitatalización aplicada, simuladores, realidad inmersiva para trabajar... y de que las personas en formación lo están haciendo con los elementos más punteros diseñados por las empresas referentes de cada sector", explica Sanz. Desde su punto de vista hay que cambiar la percepción que todavía existe entre algunas pymes de que tener a alguien en formación es un coste, porque si no entran en esa dinámica innovadora corren el peligro de desaparecer. También están funcionando bien las experiencias de agrupamiento de pymes en electricidad, electrónica, sector industrial... que Educación tiene previsto extender al resto de sectores.

Al Ministerio no solo le preocupa la dificultad para captar profesionales, sino también la pérdida de talento senior. "No podemos estar planteando que una persona a los 55 años, por ejemplo, ya automáticamente salga del mercado laboral. Es algo que también es insostenible para las propias empresas", recalca la secretaria General. Es un problema que tiene que ver con el mapa de talento y con la orientación profesional. Ahí es donde se enmarcarían los itinerarios de formación en los que trabajan para que las empresas puedan recolocar a esos empleados que ya conocen bien su cultura. Quizá "no acabamos de ser conscientes del cambio tan enorme y tan estructural. No es que haya venido de repente la digitalización y que podamos seguir haciendo lo mismo", añade. La experiencia puede convertirse en el peor enemigo de una empresa si no se incorporan estos nuevos elementos.

Fuente: La Información.