El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) aportará 50 millones de euros adicionales a los que ya tienen las empresas para la formación de trabajadores en Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) de la última prórroga aprobada a finales de septiembre.

El director general del SEPE, Gerardo Gutiérrez, aportó este dato en una entrevista concedida a Servimedia en la que fue preguntado por la última renovación de los expedientes hasta el 28 de febrero de 2022, que incorpora mayores exoneraciones de cotización para las empresas que den formación a sus empleados suspendidos.

El crédito para esta formación se ha incrementado y oscila entre los 320 y los 425 euros por persona en función del tamaño de la empresa -siendo mayor para las más pequeñas-. Se financia con los recursos que ya tienen consignados las empresas en el marco de la formación bonificada y con una aportación extraordinaria del SEPE de 50 millones. El objetivo es que accedan todos los trabajadores suspendidos.

Gutiérrez también recordó que hay convocatorias adicionales en formación como es la del sector del turismo por 40 millones de euros, y en noviembre saldrá la convocatoria sobre TIC con otros 50 millones, a las que pueden optar tanto desempleados como personas en ERTE.

Durante la pandemia y hasta mediados de este año se han formado unos 900.000 trabajadores en ERTE que han recibido alrededor de un millón de acciones formativas -más de una acción por empleado-, según indicó el responsable del SEPE, quien agregó que en un primer análisis de la situación de estos trabajadores no se ha detectado que hayan cambiado de sector en el que estaban empleados.

Destacó que con la pandemia están saliendo reforzadas las actividades relacionadas con la distribución, el transporte, la tecnología y se está recuperando “gran parte” de lo perdido en hostelería y restauración.

PRESUPUESTO DEL SEPE

Por otra parte, Gutiérrez fue preguntado sobre si el presupuesto del SEPE para 2022, de 29.121 millones de euros (un 7,9% menos que hace un año), seguirá reduciéndose, dado que antes de la pandemia se movía en torno a los 25.000 millones.

“La idea es mantener” un incremento en el presupuesto para políticas activas de empleo y que vaya descendiendo el de las prestaciones por desempleo “conforme vayamos teniendo que cubrir a menos personas”, dijo Gutiérrez, quien incidió en que la previsión es que se vaya disminuyendo en proporción a la salida de personas del paro.

De cara a las cuentas del SEPE en 2022, confió en que, condicionado a la evolución de la situación económica, “volveremos a una situación ya de cierta normalidad”, y recordó que en los últimos cuatro años anteriores a la crisis el organismo acumuló un superávit de 15.000 millones de euros. El SEPE recauda las cotizaciones por desempleo y por formación profesional de empresas y trabajadores y paga las prestaciones por desempleo.

Según comentó Gutiérrez, “con el tiempo” el superávit del SEPE se destinará al fondo para costear el nuevo sistema de ERTE estructural conocido como Mecanismo de Sostenibilidad del Empleo (MSE), aunque inicialmente se financiará con fondos del Estado.

Respecto a ese nuevo sistema de ERTE, avanzó que incorporará la solicitud colectiva del expediente de las últimas prórrogas que sirve para englobar a varios trabajadores en una misma.