De los problemas estructurales que afectan al mercado laboral español uno de los más llamativos es la falta de profesionales cualificados o especializados para cubrir determinadas vacantes en las empresas. Esta brecha, que afecta en mayor o menor medida a distintos sectores productivos, se da en una economía que a causa del frenazo y la crisis de inflación ha visto elevarse su tasa de paro hasta el 12,9% en el cuarto trimestre de 2022 y ha superado de nuevo la barrera de los 3 millones de desempleados, según la última Encuesta de Población Activa (EPA).

La vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, anunció el pasado jueves que el Gobierno trabaja en un proyecto para identificar dónde existen carencias de trabajadores cualificados con el objetivo de suplirlas y poder impulsar su participación en los proyectos estratégicos y en las inversiones del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. El Ejecutivo pretende poner en marcha, junto a un paquete de medidas en el ámbito de la formación, programas de "microacreditaciones". Se trata de un proyecto en el que el departamento que encabeza Calviño está trabajando de forma conjunta junto a los ministerios de Trabajo y Economía Social, al de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, al de Universidades y al de Educación y Formación Profesional.

Fuentes de este último que el nuevo plan reforzará el trabajo que se viene haciendo desde la aprobación el pasado mes de marzo de la Ley orgánica de Ordenación e Integración de la Formación Profesional. Con ella el ministerio que encabeza Pilar Alegría ha fijado un sistema único (que agrupa los dos modelos históricos de FP, el educativo y el orientado al empleo) dirigido a toda la población activa a través de un plan integral. Ese plan, el de Modernización de la Formación Profesional, se puso en marcha en 2020 y cuenta con unos fondos que superan los 2.200 millones de euros (una parte de ellos provienen del programa Next Generation).

Los ciclos formativos pasan a modularizarse en "microformaciones" que van desde los cursos de 50 horas a los máster profesionales, de forma que se adapten también a los trabajadores en activo que quieran especializarse. Es un sistema similar al de otros países de nuestro entorno que permite responder a las necesidades del mercado laboral de forma más rápida. De un tiempo a esta parte, por ejemplo, ha aumentado mucho la demanda de profesionales que puedan colocar paneles solares. Este sistema permite crear una oferta formativa específica para cubrir esa necesidad en tiempo récord -antes podían pasar entre cuatro y cinco años desde que se detectaba esa necesidad hasta que el sistema educativo ofrecía una respuesta-.

Una empleabilidad del 100%

Un sistema productivo en continuo cambio necesita un modelo formativo que se actualice constantemente, explican los expertos consultados. Las mismas fuentes gubernamentales inciden en el trabajo se viene haciendo codo con codo con empresas punteras del país. Así, se han creado cursos de especialización para titulados de grado medio y superior en sectores muy específicos que, según explican, están dando como resultado una empleabilidad del 100%. Son cursos de 300 a 900 horas en ámbitos como Ciberseguridad, Big Data o manejo de drones, entre otros. Estos perfiles altamente especializados se demandan cada vez más en sectores tradicionales, como la agricultura.

El Ministerio de Educación, en colaboración con empresas, sindicatos, comunidades autónomas, fundaciones y organizaciones vinculadas a la formación diseña el currículo y las autonomías lo implantan en sus centros. "Es un cambio brutal. La mitad de la población activa de este país no tiene acreditado aquello que sabe hacer y que, en muchos casos, ha aprendido con la propia experiencia laboral", señalan desde el departamento. Son 11 millones de personas a las que ahora se destina este plan de acreditación de competencias tradicionales que está abierto a todos los perfiles y a todos los sectores económicos. "A personas que están trabajando y necesitan seguir formándose o a quienes estén en situación de desempleo", añaden.

Es un sistema que, al mismo tiempo, permite a las empresas contar con un mapa de talento. Procesos como la "gran renuncia" que tuvo lugar en Estados Unidos tras la pandemia de Covid y dio lugar a 4 millones de dimisiones mensuales de media durante la segunda parte de 2021, según cifras de la Oficina de Estadísticas Laborales de EEUU (BLS, por sus siglas en inglés), se han trasladado a España en forma de "gran rotación". Ese cambio de trabajo ha permitido, en muchos casos, optar a un sueldo mejor y, por tanto, esquivar en parte la pérdida de poder adquisitivo que ha traído consigo una inflación que alcanzó de media el 8,5% el pasado ejercicio.

El nuevo plan de cualificación surge en un momento en que el propio Banco de España (BdE) ha advertido de que la escasez de trabajadores cualificados en determinados sectores podría reducir en aproximadamente un 25% el impacto estimado de los Fondos Next Generation sobre la economía nacional, desde el 1,75% hasta el 1,3% del PIB en promedio anual. Es un lujo que España no puede permitirse.

La patronal ve "interesante" el nuevo plan

A falta de conocer la letra pequeña, a las empresas les gusta de momento cómo suena la música. Fuentes de CEOE aseguran a este diario que los detalles del plan que la vicepresidenta primera les trasladó el pasado jueves en la reunión que mantuvo con los agentes sociales sobre la adenda del Plan de Recuperación les resultaron "interesantes". De hecho, la patronal ha venido insistiendo en los desajustes que las empresas perciben entre las necesidades del mercado laboral y la formación en España y en que es imprescindible que la reforma de la "Formación en el Trabajo" que el Gobierno está negociando con los agentes sociales promueva un sistema que favorezca la productividad y la competitividad de las empresas y sea equiparable a los que tienen los países europeos de referencia en la materia.

Este no es solo un problema del presente y afecta, además, a todo tipo de sectores económicos. El Foro de Davos advirtió en su última reunión de que España requerirá un 81% de personal más (2,5 millones) en 12 ocupaciones clave de “empleos sociales”, entendiendo como tales educación, sanidad y cuidados en 2030. Destacaba la organización la necesidad de un 230% más de gestores de servicios profesionales, un 192% de trabajadores de guarderías, auxiliares de maestros y profesores de primera infancia y un 163% de cuidadores personales en servicios sanitarios. Los datos del informe del Foro Económico Mundial evidencian que los países que presentan mayor desajuste entre la necesidad de estos perfiles son España, Brasil y Sudáfrica.

Fuente: La Información.