El 41, 63% de los 63.875 contratos para la obtención de la práctica profesional que se firmaron durante 2022 se convirtieron en indefinidos al llegar a su fin, según los datos recogidos por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Este es el primer año en vigor de la reforma laboral, que ha consolidado dos modalidades para el contrato formativo: la obtención de la práctica profesional para titulados y la formación en alternancia para quienes aún se están formando.

Frente a la alta conversión en indefinidos de los contratos para la obtención de la práctica profesional, solo el 5,3 % de los contratos de formación en alternancia (2.150 de 40.298) pasaron a ser indefinidos. Los sindicatos lo achacan a la naturaleza misma del contrato, porque se trata de un trabajo a tiempo parcial mientras se continúa con la formación, y porque tiene una duración de hasta dos años frente al máximo de un año del contrato para la obtención de la práctica profesional.

El contrato para titulados -diferente a las prácticas académicas- se retribuye de acuerdo a lo estipulado en el convenio colectivo aplicable, mientras que la remuneración del contrato para quienes aún se forman no puede ser inferior al 60 % de la fijada para el grupo profesional correspondiente el primer año, ni inferior al 75 % el segundo.

Por su parte, fuentes de CEOE indican que el contrato para la obtención de la práctica profesional tiene pendiente desarrollo reglamentario, como la concreción de los itinerarios formativos, ante lo cual muchas empresas prefieren convertir ese tipo de contrato en indefinido en lugar de prorrogarlo. Las mimas fuentes apuntan que, para las empresas, el coste de un trabajador con contrato indefinido y el de uno con un contrato de formación es el mismo, de manera que, de quedarse con un trabajador, ya titulado y formado en la empresa, optan por transformarlo en fijo.

Los sindicatos valoran los contratos de formación

"Creemos que tanto el contrato de formación el alternancia como el de obtención de la práctica profesional son dos buenos instrumentos para insertar a los jóvenes en el mercado de trabajo", asegura a EFE el vicesecretario general de Política Sindical de UGT, Fernando Luján. Por su parte, el adjunto a la secretaría de Acción Sindical de CCOO, Raúl Olmos, destaca que estos dos contratos, que no entraron en vigor hasta marzo, tienen aspectos por regular "pendientes de desarrollo reglamentario".

"España es, con diferencia, el país que menos contratos formativos tiene de la UE", apunta Olmos, algo que achaca a que, "hasta ahora, era un contrato precario más", una situación que habría cambiado a raíz de la reforma laboral, si bien todavía queden aspectos por desplegar para generalizarlos. En este sentido, Luján considera que el Ministerio de Trabajo debe facilitar a las empresas información acerca de "estos dos magníficos instrumentos para la inserción laboral de los jóvenes".

Con todo, CCOO celebra que los nuevos contratos protejan en mayor medida a los trabajadores, ya que antes de la reforma laboral una "contratación formativa en fraude de ley" solo se convertía en indefinida si había irregularidad en el plano laboral, ahora también ocurre cuando la irregularidad se detecta en el plano formativo.

A la espera del estatuto del becario

"La foto completa la tendremos cuando se apruebe el estatuto del becario", asegura Olmos, algo con lo que el vicesecretario de UGT está de acuerdo, ya que, insiste, "mientras las empresas tengan la posibilidad de, a través de falsos becarios, sustituir la formación laboral, probablemente no se empleen (los contratos de formación) tan abundantemente".

Sindicatos y Gobierno ya cerraron un acuerdo sobre el texto que regulará las prácticas no laborales si bien el Ejecutivo quiere que la CEOE se sume al estatuto, lo que ha impedido hasta el momento su aprobación. "Nuestra posición es que todo lo que sea mejorar el acuerdo lo podemos contemplar", apunta Luján, quien se muestra abierto a algún retoque para incluir a la patronal siempre que no altere el núcleo del texto ya acordado. Desde UGT consideran que, una vez se regulen las prácticas no laborales, el contrato de formación en alternancia dará el "pistoletazo de salida", incrementándose tanto su uso como su conversión en contratos indefinidos.

Fuente: La Información.