Según datos recogidos de la media anual de 2021 de la Encuesta de Población Activa (EPA), hay 8.374.461 de personas, el 27,5% de la población en España que carece de formación equivalente a la segunda etapa de formación secundaria.
Es decir, algo más de uno de cada cuatro ciudadanos no puede acreditar formalmente el dominio de competencias clave para su desarrollo profesional.
La figura de competencias clave en el ámbito laboral está regulada por la legislación europea que en su Recomendación de diciembre de 2006 define dicho concepto como: “Una combinación de conocimientos, capacidades y actitudes adecuadas al contexto. Las competencias clave son aquéllas que todas las personas precisan para su realización y desarrollo personales, así como para la ciudadanía activa, la inclusión social y el empleo”.
Pues bien, de entre los 8,4 millones de personas que carecen de formación equivalente al Graduado en ESO, 1.138.324 corresponde a parados (uno de cada tres del total de 3 millones de desempleados); 2.678.539 a asalariados fijos; y 942.450 a trabajadores con contrato temporal, tal y como muestra el siguiente cuadro.
1 de cada 3 parados no puede acceder a formación para el empleo
El hecho de que los requisitos para acceder a la formación para el empleo en España estén regulados en base a la definición que la legislación actual hace de los llamados ‘Certificados Profesionales’, estableciendo niveles de educación correlacionados con niveles de acceso a dichos certificados, supone que muchos trabajadores sin titulación en Graduado ESO no puedan acceder a esa formación para el empleo.
Esto incluye a los parados que solo cursaron la EGB pero también a los menores de 38 años que no han sido capaces de acabar sus estudios de título de ESO.
Así lo refleja el informe ‘La formación de competencia claves: una asignatura pendiente’, de la Fundación de Estudios e Investigación para la Formación y el Empleo (ASPASIA) publicado este mes de julio.
Incumplimiento de la recomendación europea
Más de 1 millón de parados sin ese nivel educativo (ESO), es decir, uno de cada tres, se encuentra con un muro infranqueable, lo que a todas luces “parece un cierto incumplimiento de una recomendación efectuada hace casi dieciséis años” por el Parlamento y la Comisión Europea, se señala en este trabajo.
"Actualmente se le impide el acceso a la formación certificable de nivel 2 a 1.138.324 de parados".
El estudio, elaborado por Enrique Negueruela, experto en Formación y Empleo, hace hincapié en esa “asignatura pendiente” y en el incumplimiento de la recomendación europea que aborda el ‘aprendizaje permanente en competencias clave’ como la fórmula para garantizar la actualización de competencias mediante la formación continua de adultos (de todos los adultos, también los inactivos), en coherencia de la oferta de educación y formación.
Sin embargo, dice el estudio, “pese a las recomendaciones mencionadas, la estrategia de desarrollo y actualización de las competencias claves en los adultos entre los 16 y 64 años no ha dado los resultados necesarios”.
Correlación entre niveles de educación y requisitos de titulación
La clave está en el acceso a los llamados ‘Certificados Profesionales’ ligados de manera directa a los distintos grados ocupacionales regulados a su vez por cuatro niveles de competencia (CNO2011 y CIUO08).
En el nivel 1 se incluye a trabajadores cuyo desempeño de tareas físicas o manuales sea sencillo y rutinario. Hablamos de limpiadores, peones de carga, peones de jardinería, ayudantes de cocina… a los que prácticamente no se les exigen requisitos académicos ni profesionales y para los que no se precisa planificación de certificados.
En los niveles de competencia 2, 3 y 4, se categoriza a profesionales con niveles superiores de educación y formación que son, en suma, los que pueden acceder a Certificados de Profesionalidad.
El autor del estudio subraya que mientras la recomendación europea abogaba por desarrollar una oferta formativa en competencias clave, en la definición que se hace en España de los Certificados Profesionales, los niveles de educación y requisitos de titulación van de la mano de la posibilidad de acceso a dichos certificados.
Sin planes específicos de formación en las CCAA
Aunque la competencia normativa es del Estado, las competencias en materia de formación las tienen las comunidades autónomas. Y prácticamente, todas ellas han establecido sistemas de acreditación de las competencias clave mediante exámenes de conocimiento, sin que haya ninguna que haya puesto en marcha un plan específico de formación para que los parados sin el Graduado en ESO puedan acceder a Certificados de Profesionalidad del nivel 2.
"Existe un volumen importante de fondos provenientes de la cotización a formación profesional que año tras año no se gasta en formación".
“Esto no quiere decir -señala el autor del estudio- que no se haya impartido algún curso de formación en competencias clave. No deja de ser algo anecdótico si lo comparamos con el volumen de personas que precisa de esa formación”.
“En todos los casos la titulación mínima requerida para acceder a los Certificados de nivel 2 ha sido el Graduado en ESO y el Bachillerato para los de nivel 3. También para el acceso de certificados de grado medio (Formación Profesional) se sigue manteniendo la exigencia de Graduado en ESO”, señala el informe.
A todo esto se une el hecho de que muchas CCAA dejan sin ejecutar un buen montante del presupuesto del SEPE destinado a la formación para el empleo.
600.000 personas que proceden de la EGB
El estudio refleja que, a medida que aumenta la edad disminuye el número de personas que tienen Graduado en ESO. En 2021 los menores de 38 años ya han cursado la ESO. No obstante, hay 592.144 personas que proceden de la Educación General Básica. “Esas casi 600.000 personas no van a poder acceder a formación certificable pese a cursar con aprovechamiento el nivel obligatorio existente cuando estudiaron”.
Para el autor del informe, “carece de sentido que, por equiparar el acceso a unos Certificados de Profesionalidad comunes tanto para la Formación Profesional Reglada como para Formación para el Empleo, se deje sin acceso a la formación a una de cada tres personas paradas”.
Es más, si a esos desempleados (1.138.324) se suman los asalariados temporales (942.450), existe la necesidad de establecer un plan de formación para 2.080.774 personas.
"Tanto las personas en situación de desempleo como las precarias carecen de competencias clave de nivel 2 así como de formación en materia laboral"-
Convenio de la OIT
Además, el Convenio I40 de la OIT, ratificado por España y aún en vigor, reconoce que la licencia pagada de estudios para los trabajadores temporales debe responder a las necesidades reales de cada trabajador, concebirse en función de una política educativa y de formación permanentes, y aplicarse de manera progresiva y eficaz.
Dicho Convenio establece que las personas asalariadas con un contrato temporal disfrutarán de una prolongación de su contrato equivalente al 10% de las horas trabajadas hasta un máximo de 40 horas remuneradas.
En conclusión:
“Desde que se reguló el acceso a la formación certificable por medio del Graduado en ESO, las pruebas de competencias claves han sido un muro que impedía el ejercicio del derecho a la formación para el empleo a millones de personas paradas. Obviamente, esas carencias formativas han incidido también en limitaciones en el derecho a un trabajo digno”.
Asimismo, denuncia el estudio, “existe un volumen importante de fondos provenientes de la cotización a formación profesional que año tras año no se gasta en formación”.