El futuro de la educación aboga por un modelo híbrido de enseñanza, combinando educación a distancia y presencial. El comienzo de curso ha empezado con la misma incertidumbre que ha caracterizado el periodo de confinamiento. No obstante, todo el trabajo realizado, de implementación de tecnologías, durante esos meses, debe dar sus frutos ahora. Durante el confinamiento la educación online en España creció un 28%, continuando esa subida en la actualidad y siendo más de 1.200 millones los alumnos que confían en ella.

El Covid-19 ha obligado a que el modelo educativo cambiase irremediablemente y se adaptase a la nueva situación vigente. No solamente universidades y escuelas de negocio, sino también la formación para el empleo y dentro de las empresas. Todo ha ido traduciéndose en en una mayor dependencia de la formación online a medida que las empresas han adaptado sus procesos al teletrabajo.

Según un estudio de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), la educación online ha crecido un 900% en el mundo desde el año 2000. Nunca antes la tecnología había impactado tanto y tan rápido en las estructuras sociales, políticas y culturales. Pero esto también implica un mayor esfuerzo por parte del alumnado. Según el estudio Aprendiendo durante la pandemia: de la disrupción a la innovación, llevado a cabo de la mano de OCDE desvela que la enseñanza fuera de la escuela permite una mayor capacidad de aprendizaje independiente, de gestión el tiempo y de adquisición de competencias como la comunicación, la investigación independiente y las habilidades cognitivas que de otra forma no serían tan estimuladas. Además, la falta de autonomía de los estudiantes se destaca como uno de los principales defectos del sistema presencial.

Asimismo, el informe español de la publicación de la OCDE Panorama de la Educación (Education at a Glance, en inglés) destaca también que España aún no está en la misma liga que sus vecinos europeos. El país sigue teniendo un déficit de titulados en segunda etapa de secundaria. El 22,7% de la población adulta española tiene esta titulación, mientras que el porcentaje es del 42,3% en la media de países de la OCDE y del 44,8% en la Unión Europea. Por el contrario, el porcentaje de población adulta con estudios superiores (el 38,6%) está en la media de la OCDE (39,6%) y de la UE (37,4%).

En cuanto a la tasa de acceso a la educación superior, en 2018 era del 64,8%, mientras que la de la OCDE era del 49,3% y la de la UE del 48,3%. La tasa de titulación entre los menores de 30 años era, por su parte, del 52%, frente al 37,6% de la media OCDE y el 35,7% de la media UE.

Más formación

A mayor nivel de estudios, mayor empleabilidad y mayor remuneración. Así es de fácil la ecuación. No obstante, en nuestro caso, el del español, también hay que introducir la variable de la sobrecualificación, condición de una persona de tener más cualificaciones de las necesarias para el desempeño de un puesto de trabajo. La tasa de empleo de la población de 25 a 34 años que no ha completado la educación secundaria era del 63% en 2019, según la OCDE. Este porcentaje aumenta hasta el 71% en las personas que han completado la educación secundaria y al 79% para las personas con titulación superior.

La relación entre empleo y nivel educativo es similar en todos los países. Igualmente, a mayor nivel de estudios, mayor remuneración. Así, los titulados superiores ganan en España un 48% más que los que no tienen títulos de educación superior, acompañados de cursos técnicos, idiomas y habilidades específicas que, cada vez más, demandan las empresas.

Digitalizar o morir

Para poder tener egresados cualificados, con todos los requisitos que solicita el mercado, el sistema educativo aún tiene que adaptarse aún más a estos tiempos.

Es necesario democratizar la educación: Todo el que lo desee tiene derecho a una formación de la mano de grandes profesionales, sin endeudarse por ello. El sistema también cuenta actualmente con títulos no homologados y exceso de sobre cualificación: El sistema educativo está en tela de juicio y grandes gurús a nivel mundial de la talla de Elon Musk, fundador de Tesla, y Jeff Weiner, CEO de LinkedIn, defienden que, en la actualidad, ya no es necesario un título universitario oficial para ser contratado en una prestigiosa empresa. Digitalizarse aún más: estamos en tiempos pos-Covid y ya no nos ha pillado con el pie al revés. El número de recursos técnicos disponibles para los docentes y el personal educativo en todas las etapas educativas debe aumentar, fomentando así la gestión y digitalización del futuro sistema de educación. Por último, el aprendizaje durante toda la vida y no sólo a unas edades determinadas: nunca es tarde para formarse, reciclarse y actualizarse a nivel profesional.