La pandemia de la COVID-19 obstaculiza los programas de formación profesional y aprendizaje, genera desafíos y muestra desigualdades, según un estudio publicado el lunes por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Parte de una encuesta realizada a más de mil 300 proveedores de enseñanza y formación técnica y profesional (EFTP) de 126 países, realizada entre el 5 de abril y el 15 de mayo de 2020 por la OIT de conjunto con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, y el Banco Mundial.

Según el informe, numerosas naciones y proveedores de formación no estaban suficientemente preparados para responder a las restricciones impuestas a causa de la crisis sanitaria, si bien algunos pasaron rápidamente a la educación a distancia.

La EFTP comprende la educación en diversos niveles de competencias relacionadas con un gran número de opciones de empleo, como plomeros, electricistas, vendedores, contables, programadores y empleados de banca.

La mayoría de los encuestados notificó interrupciones en la formación, sobre todo en el aprendizaje en el trabajo a causa del cierre de las empresas, así como a la cancelación de evaluaciones y exámenes de certificación.

El texto muestra desigualdades, pues subraya que al inicio de la pandemia pocos países y proveedores de formación disponían de suficientes equipos, conectividad, programas y plataformas de enseñanza a distancia ni recursos pedagógicos.

Además, la mayoría de los instructores y estudiantes carecían de las competencias digitales necesarias para adaptar y utilizar sus servicios de EFTP.

La transición a la enseñanza a distancia ha sido un proceso de aprender haciendo, destaca la encuesta, y agrega que en este contexto algunos países adoptaron nuevas medidas políticas dirigidas a garantizar que los sistemas de EFTP estén mejor preparados para futuras crisis.

La investigación denuncia que mientras más de dos terceras partes de los proveedores de EFTP comunicaron que durante la pandemia impartían formación exclusivamente a través de métodos remotos, en los países de bajos ingresos muy pocos pudieron hacer esta transición.

Los problemas de acceso relacionados con las modalidades e infraestructura del aprendizaje a distancia podrían dejar a los estudiantes desfavorecidos atrás, a menos que sean adoptadas medidas adecuadas para superar la brecha digital, advierte el estudio.