La consejera de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo, Rocío Blanco, se ha referido al "cambio de modelo de financiación basado en la convocatoria de subvenciones al basado en licitaciones que tiene más transparencia, publicidad, libre concurrencia y prevención del fraude de ley".

"Se ponen en marcha herramientas de gestión de identificación y presencia por firma biométrica de alumnos y profesores para evitar el fraude".

"Se harán evaluaciones continuas, que nunca se han hecho, para ver qué cursos son los que funcionan y se crean mesas sectoriales para saber qué necesita el tejido productivo".

La Junta reactiva los cursos de formación que llevan una década paralizados tras las investigaciones por supuestos casos de corrupción. La primera convocatoria, licitada hace un año, supera los 41 millones de euros de los que 26,5 millones se destinan a acciones para desempleados, 3,4 millones a la formación de trabajadores del sector del turismo y hostelería; 7 millones a los del sector de la construcción y otros 3 millones a la formación digital de ocupados en las ocho provincias.

La consejera de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo, Rocío Blanco, ha explicado en La mañana de Andalucía que los nuevos cursos se ponen en marcha con un sistema y herramientas que permiten "un mayor control". Empezando por un "cambio de modelo de financiación" que ha pasado de estar basado en la convocatoria de subvenciones "al basado en licitaciones, que tiene más transparencia, publicidad, libre concurrencia y prevención del fraude de ley".

Por otro lado, también se refuerzan los controles en la asistencia del alumnado "poniendo en marcha herramientas de gestión de identificación y presencia por firma biométrica de alumnos y profesores para evitar el fraude. El profesor manda por bluetooth un mensaje a los móviles de los alumnos que se tendrán que hacer una foto en ese momento, con lo que cada día se identifica el número de alumnos en el aula".

Aparte de este mayor control en la financiación y en la asistencia, también se quiere auditar los cursos previa y posteriormente para lograr un mayor aprovechamiento. "Se harán evaluaciones continuas, que nunca se han hecho, para ver qué cursos son los que funcionan y se crean mesas sectoriales para saber qué necesita el tejido productivo porque de nada sirve hacer cursos como con una máquina de chorizos, que no sirvan a los ciudadanos", ha puntualizado la consejera.

Sobre la titulación, Rocío Blanco ha explicado que "los cursos darán un certificado de profesionalidad, aunque habrá cursos que no tengan ese certificado pero que capacite para emplearse porque hay empresas que nos dicen que quieren capacidades y no titulación, como las tecnológicas donde no existen certificados de profesionalidad de Big Data o Blockchain por ejemplo".