La FP Dual permite que los alumnos aprendan “haciendo”, combinando la enseñanza en el instituto con clases prácticas en un entorno real de trabajo. Gracias a este modelo, que cumple diez años en España, los alumnos cuentan con más salidas profesionales y mejoran su empleabilidad.

Muchos jóvenes sueñan con estudiar para ser expertos en diseño de videojuegos, energías renovables, mantenimiento electrónico o animación 3D. Sin embargo, no siempre conocen el modelo formativo que mejor se adecúa a su objetivo. Basada en la experiencia de los centros educativos, de profesores y empresas, nació la FP Dual, que este 2022 cumple diez años en España.

Esta modalidad educativa se realiza alternando la formación entre el centro formativo y la empresa, lo que lo convierte en un modelo exitoso para aprender una especialidad y aumentar los niveles de empleabilidad. Según los resultados del balance anual 2021 presentados por Eurostat, solo el 25% de la población activa disponía de cualificación intermedia en España y el 35% una cualificación baja. Un dato llamativo si tenemos en cuenta las previsiones realizadas por el Centro Europeo para el desarrollo de la Formación Profesional (CEDEFOP), que aseguran que casi el 50% de los trabajos que se demandarán en nuestro país en el año 2025 requerirán un nivel de cualificación media y solo el 16% para un nivel bajo.

En España, actualmente, solo el 3% del alumnado que cursa FP lo hace en la modalidad dual, frente al 85% de Suiza o 75% de Alemania. Y, sin embargo, la inserción laboral de la FP Dual en España es elevada, no baja del 70%. Por razones como ésta, se considera muy relevante impulsar este tipo de formación. De hecho, el Ministerio de Educación tiene previsto aprobar este primer trimestre del año una nueva legislación sobre Formación Profesional, para transformar el sistema educativo y hacerlo más competitivo y eficaz, adaptándose a lo que requiere el mercado laboral.

Concretamente, el anteproyecto propone que todos los ciclos formativos de FP pasen a cursarse en la modalidad dual, lo que ocasionaría que se incrementase el tiempo de formación de los alumnos en las empresas y la implicación de éstas en la formación y evaluación de los aprendices. La nueva regulación facilitará el acceso a formaciones de diferente duración y distinto volumen de aprendizaje, las cuales incluyen, por vez primera, las llamadas “microformaciones” o acreditaciones parciales de competencias que, por su carácter parcial y acumulable, el alumno podrá seguir estudiando hasta alcanzar los títulos y cursos de mayor especialización.

En la actualidad, hay hasta 162 titulaciones y especialidades de FP Dual en España. Los alumnos que se acogen a esta modalidad de formación profesional desarrollan al menos un 33% de su ciclo formativo de 2.000 horas realizando prácticas en una empresa. La dual “tiene muchas ventajas para los estudiantes: una aproximación temprana al mundo laboral, que también ayuda al alumno a saber si ha elegido bien su profesión; el periodo de estancia en la empresa es lo suficientemente largo para capacitarlos como jóvenes profesionales. Y algo fundamental: el alumno se forma en un entorno laboral real con tutores expertos, sin olvidar nunca que está aprendiendo, no trabajando”, explica Salvador Lorenzo, gerente de Diversidad de Repsol. Y es que la multienergética fue una de las empresas pioneras en España cuando apostó por este modelo educativo, que fue precisamente cuando apareció hace ahora diez años. Además, cuenta con un elevado ratio de inserción laboral en sus distintos centros de trabajo.

Actualmente, con una media de 150 alumnos por curso académico, entre el 30% y el 50% de éstos entran en la bolsa de trabajo de la compañía tras haber realizado las prácticas en sus distintos departamentos. Tanto es así que más del 60% de la plantilla de los complejos industriales de la compañía son titulados en alguna especialidad de FP.

Este programa de capacitación también debe contribuir a lograr el talento adecuado para cumplir los retos de las empresas en relación con la transición energética, en el caso de Repsol: ser una compañía con cero emisiones netas en 2050. La especialidad de FP Dual en química industrial seguirá siendo la que más va a demandar la multinenergética española para abordar los retos de los próximos años. Los alumnos van a ser partícipes de esa transformación de la compañía, aprendiendo en los nuevos procesos industriales que se están implantando para producir hidrógeno renovable, diésel a partir de aceites de cocina usados en la refinería de Petronor o biocombustibles avanzados en Cartagena.

Los tutores dentro de la empresa tienen un papel fundamental, ya que son los responsables de la formación durante su paso por las empresas. Están comprometidos con el éxito formativo de cada alumno a través de su propuesta de un plan curricular que se desarrollará durante el periodo de prácticas, que incluye las actividades para alcanzar las competencias establecidas en el título académico y la formación práctica en el puesto de trabajo. De hecho, el 95% afirma que repetiría esta labor una vez la ha probado. Es el caso de Piedad Curiel, tutora en el Repsol Technology Lab desde 2016: “Es muy gratificante porque acompañas al alumno en su primera experiencia laboral. Yo empecé en Repsol también con una beca y fue un periodo muy positivo. Ahora estoy al otro lado”, dice. La FP Dual “es una oportunidad fantástica para poner en práctica todo lo aprendido en el instituto y un win-win: el alumno potencia sus habilidades profesionales y la empresa consigue el perfil de profesional que necesita”, continua Curiel, para quien “es también un modelo educativo que ayuda a reducir el abandono escolar temprano”.

En un mercado de trabajo que avanza a pasos agigantados a lomos de la cuarta revolución industrial, la FP Dual ayuda a los nuevos titulados a mejorar sus niveles de inserción laboral, aprendiendo la profesión elegida en las empresas colaboradoras al mismo tiempo que adquieren los conocimientos necesarios en los institutos. “Muchos jóvenes están desorientados, no saben qué estudiar. Y reciben mensajes bastante apocalípticos como que, aunque tengan dos carreras y dos idiomas, no van a encontrar empleo. En FP Dual los alumnos aprenden de otra manera, aprenden haciendo, un método que motiva a muchos jóvenes”, concluye Lorenzo.