El informe la Formación en las empresas 2020, elaborado por Fundae, recopila como en ediciones anteriores los principales resultados de la formación programada por las empresas durante el año pasado.

La actividad formativa de ese año ha estado condicionada por la especial situación provocada por la crisis sanitaria de la COVID-19 y su impacto en la actividad económica y social. Este impacto tuvo también reflejo en la normativa legal con las medidas impuestas para la gestión de la crisis sanitaria, cuyo hito principal es la declaración del estado de alarma sanitaria el 14 de marzo de 2020, lo que supuso la suspensión de las actividades definidas como no esenciales y el confinamiento social que se prolongó hasta el 20 de junio de 2020.

En estas circunstancias, y lejos de lo que podría llegarse a pensar, la actividad formativa de las empresas no se detuvo, si bien el saldo formativo del año 2020 respecto al 2019 refleja esta grave situación que lleva tanto al descenso de la actividad formativa como a cambios en sus características y orientación.

Participación en formación

Durante 2020 realizan formación 299.727 empresas, 40.119 menos que en 2019, lo que sitúa el volumen de empresas formadoras al mismo nivel de hace once años. Solo las grandes empresas escapan a este efecto, incrementando su presencia en el sistema. Las microempresas (1-9 trabajadores), sin embargo, reducen su participación un 14,2%, lo que acelera el distanciamiento de la formación bonificada de este segmento empresarial, con saldos negativos de participación desde 2014.

Las pequeñas (10-49 trabajadores) y las medianas empresas (50-249 trabajadores), que habían obtenido saldos positivos de participación en los últimos ejercicios, sufren un descenso de un 8,4%; esto supone, en términos absolutos, una pérdida equivalente al número de pequeñas empresas que se habían sumado a la formación bonificada en el trienio anterior. Para las medianas empresas, el saldo negativo de 739 empresas formadoras supone la pérdida de ocho de cada diez empresas que se habían sumado a la formación en 2019.

De igual modo, el número de participantes en la formación retrocede por primera vez desde la puesta en marcha del sistema de bonificaciones en 2004. Se sitúa en 3.854.000, lo que supone 766.047 participantes menos y una caída del 16,6% respecto a 2019.

También desciende por primera vez el número de los trabajadores formados y las horas de formación realizadas en el año que se reparten, siguiendo la tendencia apuntada en años anteriores, en acciones formativas de menor duración. Hay 2.463.107 trabajadores formados, 481.428 menos que en 2019, que reciben 21,7 horas de formación.

Sin embargo, la multiparticipación, es decir la media de acciones formativas realizadas por cada trabajador formado, es de 1,6 al igual que en los dos ejercicios anteriores.

Características de la formación

Sobre las características de la formación, hay que indicar que la pandemia no solo reduce la actividad formativa, sino que también obliga a un cambio en la forma de impartir la formación que se traduce en el avance de la teleformación. Esta modalidad pasa de un 22,8% de los participantes en 2019 al 46,4% en 2020 con cerca de seis de cada diez horas de formación realizadas en el año. Los cursos online tienen una duración media de 17,1 horas, ocho horas menos que en 2019, lo que acelera el proceso de acortamiento paulatino que se venía constatando en el último trienio.

La formación presencial, que sigue aglutinando el mayor volumen de participantes (2.033.106), sufre un importante retroceso. Es necesario recordar que las medidas de distancia social y el confinamiento impuestos por el estado de alarma implican la suspensión de la modalidad presencial en las actividades formativas. En respuesta a esta situación se abre la posibilidad de que la formación en modalidad presencial pueda realizarse mediante Aula virtual. Las empresas hacen uso de este recurso para uno de cada siete participantes, sumando algo más de una de cada diez horas de formación; las acciones formativas realizadas en videoconferencia registran una duración media de 10,4 horas.

Respecto a la orientación de la formación es destacable que, siguiendo la tendencia de años anteriores, más de la mitad de la formación programada por las empresas se dirige a contenidos relativos a las competencias profesionales de dos familias profesionales: Administración y gestión y Seguridad y medio ambiente.

No obstante, si se explora con más detalle el contenido de la formación analizando la denominación propia de las acciones formativas, se comprueba la aparición de contenidos directamente relacionados con la pandemia, lo que muestra la capacidad de respuesta del sistema a las necesidades formativas del momento. Como ejemplo, medio millón de participantes (13% de los formados) realizaron cursos cuyo enunciado hace referencia expresa al COVID-19, con una media de 8 horas de formación que suponen un volumen de cuatro millones de horas de formación dedicadas a estos cursos.

Por último, hay que destacar que el coste medio de la formación por participante se sitúa en 245 €, de los que 105 € se han bonificado y 140 € los han sufragado las empresas. En conjunto, las empresas han hecho uso de 415 millones de euros del crédito de formación que tenían asignado. La aportación privada de las empresas a los costes de la formación asciende a 541 millones de euros.