Cada vez se suman más vocesadvirtiendo de que el déficit estructural superará el 5%. Las últimasprevisiones de la UE cifraban en un 5,6% este año y un 5,2% el próximo,colocando a España en la coloca de toda la UE en 2021 y el FMI señaló variassemanas atrás que pasaría del 3%. El saldo estructural depende exclusivamentede la gestión a medio y largo plazo de ingresos y gastos por parte delEjecutivo, sin tener en cuenta los gastos o ingresos derivados de efectoscíclicos o coyunturales, como el impacto del Covid-19, tal y como recoge ElEconomista en una esta información que reproducimos.

Las medidas adoptadas para hacerfrente a los tres meses de confinamiento y costear la lucha sanitaria contra lapandemia ha costado a las arcas del Estado algo más de 34.500 millones deeuros, según ha cifrado el Gobierno en la Actualización del Programa deEstabilidad 2020 remitido a Bruselas a finales de mayo, que ya ha superado los57.000 millones.

Claramente, el impactopresupuestario es brutal, pero no se puede achacar al Covid el déficitestructural de las cuentas públicas españolas. El año pasado, la ComisiónEuropea cifraba el saldo estructural en el 4% del PIB y cabe esperar que partedel gasto acometido por el coronavirus, en especial el destinado a Sanidadadquiera carácter perdurable, elevando el déficit estructural por encima del5%.

A principios de esta semana,Fedea presentó un informe coordinado por Rafael Domenech, de BBVA Research yUniversidad de Valencia, que bajo el título de Por la EstabilidadMacroeconómica y Presupuestaria tras el Covid-19 se hacía eco de las cifras dela Comisión Europea y pedía que el Gobierno elaborase, y presentase, un planpara reconducir el déficit estructural en el plazo de una década.

Fedea recomienda empezar en 2022,dando por descontado que lo que queda de este ejercicio y el próximo estaránmarcados por gastos extraordinarios para incentivar la demanda y el impacto delos correctores automáticos del Presupuesto, especialmente el coste del desempleoque subirá al 19% este año y el 17% el próximo.

El objetivo es claro. Las cuentaspúblicas no pueden sostenerse con niveles del 5% en el déficit estructural. Atal fin, la propuesta de la Fundación de Economía Aplicada es que en 2023 seempiece a rebajar en medio punto el déficit, para dejarlo a cero en diez años.

El informe apunta cuatro pilarescon una jerarquía en su implementación. La primera herramienta para equilibrarlas cuentas es aumentar el potencial de crecimiento de la economía. Para ello,es preciso afrontar reformas como en el mercado de trabajo, en las pensiones oen las finanzas y la gestión de las administraciones públicas. La segunda esuna racionalización del gasto público, mejorando la eficiencia de los serviciossin gastar más, a través de procesos de digitalización, entre otros. El terceroes la mejora de la estructura fiscal y el último, y sólo si es imprescindible,mayores impuestos.