La economía española creció un 0,3% en el tercer trimestre de este año, lo que supone una décima menos que el registro del segundo trimestre y el menor avance desde el segundo trimestre de 2022.

Así se desprende del dato adelantado hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE) que evidencia que el ritmo de crecimiento se ha frenado en los dos últimos trimestres, en un contexto marcado por los efectos de la subida de tipos sobre el consumo de los hogares y la debilidad del sector exterior.

El consumo de las familias aumentó un 1,4% intertrimestral, nueve décimas más que en el periodo precedente, mientras que destaca la notable caída de las exportaciones, un 4% (ya descendieron un 3,3% en el segundo trimestre), y de las importaciones, un 3,1% (cayeron un 2,1 %).

En términos interanuales también se aprecia la ralentización al avanzar el PIB un 1,8%, frente al 2% registrado entre abril y junio.

El gasto en consumo final se desaceleró y creció apenas un 1,6% con respecto al mismo trimestre de 2022. Esta tasa es 1,1 puntos inferior a la del segundo trimestre. En concreto, el consumo de los hogares presentó una variación interanual del 1%, lo que supone 1,2 puntos menos que en el trimestre pasado.

Por su parte, el gasto de las Administraciones Públicas se ralentizó al 3,3%, ocho décimas menos que en el trimestre.

Respecto al sector exterior, las exportaciones de bienes y servicios cayeron un 2,4% interanual y las importaciones de bienes y servicios se contrajeron un 2,9%.

La contribución de la demanda nacional al crecimiento interanual entre julio y septiembre fue de 1,7 puntos, cinco décimas menos que en el segundo trimestre, mientras que la demanda externa contribuyó con 0,2 puntos, cuatro décimas más que en el trimestre pasado, pero lejos de los 2,8 puntos que registró al inicio del año.


Fuente: Expansión