La nueva Ley de Formación Profesional abrirá el abanico de cursos formativos y permitirá una entrada más temprana en el mundo laboral.
El Gobierno ha aprobado la nueva Ley de Formación Profesional. Se trata de un proyecto que introduce importantes cambios en el ámbito educativo, con el objetivo de flexibilizar la FP y aumentar el peso de esta en el sistema español. Para ello, se destinarán 5.000 millones de euros.
Una de las grandes novedades de la Ley de Formación Profesional será la oferta de cursos, que ahora se agranda con varios ciclos clasificados de la letra A a la E. Los primeros serán microformaciones en competencias concretas, con una duración de entre 30 y 50 horas, e irán aumentando progresivamente de duración y dificultad para llegar a lo que hasta los cursos de especialización o másteres.
En la escala de la nueva Ley de Formación Profesional, los cursos clasificados entre la A y la C (acreditación parcial de competencia, certificado de competencia y certificado profesional) podrán contar con alumnos menores de 16 años, mientras que los ciclos formativos de FP (grado medio y superior) y las especializaciones solo podrán cursarse a partir de esa edad.
Pero, sin duda, la gran ambición de la Ley de Formación Profesional es favorecer la inserción de los estudiantes en el mundo laboral, sobre todo en los sectores que más problemas están sufriendo para encontrar a trabajadores cualificados en esos sectores.
Así, el proyecto quiere dar un nuevo impulso a la formación dual, que potenciará bajo dos fórmulas. Por un lado, se ofrecerán cursos más centrados en la parte educativa; y, por otro, existirán modalidades que incluirán una vinculación contractual con las empresas, que tendrán que pagar el 40% de los gastos de formación del alumno. En cualquier caso, la Ley de Formación Profesional establece que, como mínimo, entre el 25% y el 35% de la formación deberá realizarse en empresas relacionadas con los estudios.
La Ley de Formación Profesional busca frenar la escasez de trabajadores
Una de las intenciones de la Ley de Formación Profesional es actualizar el sistema educativo y la capacitación profesional, en un contexto donde la escasez de trabajadores especializados afecta a seis de cada diez empresas, que no consiguen encontrar personal para cubrir sus vacantes, según un estudio de Manpower.
Este problema afecta a sectores muy tecnológicos, como el de la Inteligencia Artificial o la ciberseguridad, pero también al sector sanitario o al logístico, donde cada vez es más complicado encontrar conductores, carretilleros, soldadores, fresadores… En este último caso, la falta de demanda en el sector logístico cobra especial importancia, debido al boom del comercio electrónico y las entregas de última milla que se ha producido a raíz de la pandemia.
En este sentido, la nueva ley de Formación Profesional puede ser una buena solución. Tal y como explican los expertos, la reforma permitirá a los estudiantes de FP obtener un certificado de habilitación profesional en tan solo tres meses. “Por ejemplo, es posible ser cocinero en un trimestre sin necesidad de esperar los dos años del título de FP”.
Además, otra de las claves pasa por orientar la oferta de formación hacia los sectores y puestos que prometen ser los más demandados durante los próximos años, y dar menos peso a otras profesiones que irán quedando obsoletas. Así, carreras relacionadas con el análisis de datos, la Inteligencia Artificial, el blockchain o la ciberseguridad tendrán un especial peso en el mercado laboral -nacional e internacional- del futuro.