Desde mayo, el ritmo de reincorporación de personas en ERTE a su puesto de trabajo ha sido entorno al 15%-20% mensual, aunque las cifras tienden a moderarse: en septiembre la cifra de personas en ERTE se redujo sólo un 12 % con respecto a agosto.
En el mes de septiembre se mantuvo la tendencia de mejora en el mercado laboral español, con una caída del paro registrado de 76.113 (-2,28%) personas y un aumento de la afiliación de 57.387 trabajadores, según los datos divulgados hoy por los Ministerios de Trabajo y de Seguridad Social.
Son buenos datos dentro de la serie histórica y respaldan las previsiones optimistas del Gobierno. Pero la recientemente aprobada prórroga de los ERTE demuestra que esta herramienta sigue siendo necesaria y que la recuperación del empleo tiene todavía deberes pendientes.
Un total de 239.200 personas continuaban en septiembre en expediente de regulación temporal de empleo, que toca nuevos mínimos. En lo peor de la crisis del COVID en abril de 2020, hasta 3,6 millones de personas se llegaron a acoger a este régimen de ayudas. Actualmente 76.639 personas están suspendidas a tiempo parcial y 162.591 en suspensión total, según los datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
Son varias las voces que han expresado preocupación por lo que ya asumen como una difícil recuperación de un tercio de los trabajadores que continúan acogidos a este mecanismo.
En un escenario optimista, suponiendo que se mantiene esa evolución, cuando en febrero de 2022 finalice la última prórroga acordada aún seguirían en ERTE más de 70.000 trabajadores, de los cuales preocupan especialmente aquellos acogidos a la modalidad de suspensión completa.
En cuanto a las actividades económicas más afectadas, aún quedaban en septiembre más de 55.000 trabajadores suspendidos en el sector de Servicios de Comidas y Bebidas y más de 32.000 en el de Servicios de Alojamiento, según el Ministerio de Seguridad Social.
Con la última prórroga, los nuevos expedientes de regulación estarán vinculados con la promoción de la formación de los empleados. A partir del 1 de noviembre se subvencionará el coste de la formación y se aplicarán exoneraciones a las empresas que formen a sus trabajadores en ERTE.
Tanto Gobierno como agentes sociales consideran la formación como un paso fundamental para recapitalizar trabajadores y mejorar su empleabilidad, teniendo en cuenta que muchos de ellos pertenecen a empresas que ya mostraban debilidad antes de la crisis o que se encuentran en modalidades que no se favorecen de ningún tipo de exoneración de la Seguridad Social.
La capacitación laboral, la formación continua, el reciclaje profesional y, en definitiva, toda inversión en mejorar las habilidades y conocimientos de los trabajadores a lo largo de toda su vida laboral es siempre bienvenida. Introducir esta variable en el programa, era ya una necesidad. Porque, los que regresen a su puesto lo harán más preparados. Y los que no, comenzarán su búsqueda de empleo con mejores perspectivas de éxito.