La Formación Profesional en España vivió la semana pasada un punto de inflexión con la presentación del anteproyecto de ley en Consejo de Ministros, cuyas principales características serán la realización por parte del alumnado de entre un 25% y un 50% de su formación en empresas, la creación de pasarelas con las instituciones universitarias, de forma que los alumnos de estos estudios podrán cursar asignaturas en la universidad y viceversa, y la incorporación del bilingüismo, así como la formación en lenguas extranjeras.
La presentación de un sistema único de Formación Profesional que acompañe a las personas desde el sistema educativo y durante toda su vida laboral es una de las principales novedades de esta futura ley respecto a la regulación vigente, superando así los dos subsistemas actuales: uno laboral para desempleados y trabajadores y otro formativo, continuación de la etapa educativa.
Mediante esta nueva ley se pretende establecer un modelo de FP de reconocimiento y de acreditación de competencias basado en itinerarios formativos y estructurado en cinco grados ascendentes (A, B, C, D y E), que van desde las microformaciones (grado A) hasta los títulos y cursos de especialización (grados D y E). Además, la titulación que otorgará el curso de especialización de FP será la de Máster profesional.
Otro de los principales pilares sobre los que se sustenta esta nueva legislación es el carácter dual de toda la Formación Profesional en sus grados C, D y E, permitiendo a todo su estudiantado pasar por una empresa y haber realizado una buena parte de su formación en ella. Se establecen dos regímenes duales al respecto: estancia en la empresa entre el 25 y 35 % del tiempo de formación para FP dual general, y estancia entre el 35 y el 50 % del tiempo de formación para FP dual avanzada.
Para ello se regula la corresponsabilidad entre el papel de los centros y las empresas en la formación y las diferentes modalidades de oferta: presencial, virtual, mixta o modular y las especificidades de colectivos concretos.
También se creará un nuevo cuerpo de profesores especialistas en sectores singulares de FP, donde podrán impartir docencia técnicos superiores de Formación Profesional.
La FP avanza hacia la internacionalización, y por ello se contempla la creación de dobles titulaciones, fruto de acuerdos internacionales, que permitan adquirir simultáneamente el título en dos países. Además, se abordará la regulación de los centros extranjeros que imparten FP en España.
Otra de las novedades será la creación del Registro estatal de Formación Profesional, que permitirá a cualquier ciudadano acceder al mismo y obtener una vida formativa-profesional actualizada. Igualmente novedoso será el Catálogo de ofertas de Formación Profesional que incluye, por primera vez, todas aquellas que se pueden cursar en España, desde las más amplias hasta las microformaciones.
Este anteproyecto de ley articula por primera vez los objetivos de la evaluación y calidad del sistema, así como la obligatoriedad de un informe anual del estado de la propia Formación Profesional. Además, la inclusión sigue centrando una gran parte de las medidas estatales al respecto, y es por ello que esta nueva ley de FP prevé la adaptación de personas o colectivos con necesidades específicas de apoyo o dificultades de inserción laboral.
Se ha convertido en una constante durante los últimos años el aumento de ofertas de empleo que valoran por encima de cualquier otro aspecto la Formación Profesional de grado medio o superior, y es que los titulados en FP se posicionan en la actualidad como los candidatos más demandados por las empresas.
Durante 2020, debido en parte a las necesidades del tejido empresarial y laboral por las consecuencias de la pandemia de covid-19, el 41,3% de las ofertas publicadas por empresas requerían titulados en FP, y aunque este año el porcentaje ha descendido levemente hasta el 40,1%, siguen ocupando el primer puesto en la oferta de empleo por nivel formativo.