Patronales y sindicatos se han vuelto a sentar en la mesa de negociación del Estatuto del Becario con el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez, que ha puesto una nueva propuesta sobre la mesa con el objetivo de hallar un punto de encuentro entre los distintos agentes sociales. La cita se ha cerrado sin acuerdo, pero los negociadores de CCOO y UGT insisten en que "está muy cerca". Del lado de los empresarios, se muestran abiertos a llegar a un pacto, si bien han afirmado no estar en disposición de valorar el texto por no conocerlo antes de su llegada al Ministerio de Trabajo y Economía Social. El Gobierno se ha comprometido a hacerles entrega de un nuevo texto, que confían, sea el definitivo, para que dé tiempo a que supere el trámite parlamentario antes de las elecciones. Sin embargo, no esperan convocar la mesa para atajar estos flecos, sino que la negociación se desarrollará en el plano informal.
El vicesecretario general de Política Sindical de UGT, Fernando Luján, y el secretario de Juventud de CCOO, Adrià Junyent, han destacado que se han dado "avances" respecto al último encuentro que se remonta a semanas atrás, puesto que la reunión siguiente programada para el día 14 tuvo que ser pospuesta por coincidir con la negociación de la segunda parte de la reforma de las pensiones. Sin embargo, los escollos parecen no ser distintos a los planteados en otras ocasiones. Patronal, sindicatos y Gobierno no consiguen ponerse de acuerdo con el número de horas de prácticas que pueden realizar los estudiantes en una empresa. La última propuesta del Ministerio de Trabajo diferencia entre las prácticas extracurriculares y las curriculares, ya que es respecto a las primeras donde están más distanciadas las posiciones desde el inicio de las conversaciones, y establece un máximo para cada una de ellas, un aspecto que no convence a los representantes sindicales.
"Hay algunos avances que nos pueden situar cerca del acuerdo, pero hasta que no tengamos el texto que nos van a enviar en breve, no podemos tomar una decisión", ha sostenido a la salida del encuentro la secretaria confederal de Acción Sindical de CCOO, Mari Cruz Vicente. El Ejecutivo ha decidido recoger las prácticas que pueden realizar los estudiantes de títulos propios de las universidades (extraoficiales) en ambas categorías, algo que para CCOO es "un exceso", puesto que entienden que deberían ser clasificadas como curriculares. "Es un debate que no ha quedado bien cerrado, pero se han comprometido a hacer una redacción al respecto", ha asegurado Vicente. Además, el Gobierno ha establecido dos máximos diferentes para las prácticas extracurriculares y las curriculares, mientras que las organizaciones sindicales creen más oportuno establecer un límite común.
Otro de los flecos se refiere a los "presunción de la laboralidad", es decir, que en caso de incumplimiento del Estatuto del Becario por parte de las empresas, que los estudiantes sean reconocidos como trabajadores fijos de la empresa. Cuestión que el Gobierno también abordará en el texto que remitirá en los próximos días. El nuevo documento tendrá que hacer equilibrios para buscar el apoyo de sindicatos y patronales, porque un primer paso buscando el acercamiento de los empresarios ya hizo saltar las alarmas en enero de los representantes sindicales, al vulnerar el acuerdo bilateral que se había cerrado en octubre. Fuentes presentes en la negociación aseguran que el Ministerio es optimista y confía en sumar el apoyo de la CEOE y CEPYME al texto definitivo, sin embargo, algunos representantes sindicales expresan dudas de que acabe siendo así.
Yolanda Díaz también compartió estas sensaciones positivas el último fin de semana en un acto de su plataforma Sumar, en el que aseguró que el Estatuto del Becario se cerraría "en los próximos días". Una semana después, el texto no ha sido firmado, pero las asociaciones sindicales valoran que está "a punto de caramelo". El ministerio tiene una voluntad clara de sacar adelante la norma cuanto antes, ya que el calendario electoral apremia y apenas quedan unos meses de sesiones en el Congreso de los Diputados antes de que se convoque a la ciudadanía a las urnas. Si no se produce ningún giro, las partes darán su aprobación al texto por vía telemática para que vea la luz en una o dos semanas.
Una vez se cierre el acuerdo, ya sea a dos o tres bandas, el texto deberá enfrentarse a la batalla política, sin embargo, esto no supone una preocupación para los sindicatos, a diferencia de la reforma de las pensiones en la que condicionaron su apoyo a que la norma de Escrivá reuniese el apoyo parlamentario. Sin embargo, no las tienen todas consigo, la iniciativa tiene un amplio respaldo por parte de las fuerzas progresistas, pero existe una incógnita respecto a cuál puede ser el voto de las fuerzas nacionalistas, debido al importante peso que tienen las universidades privadas del País Vasco y Cataluña, por lo que algunos apoyos están en 'tela de juicio', en especial el del PNV.