El Gobierno aumenta la partida de becas en 514 millones, escolarizará a los menores de tres años más vulnerables y ampliará la oferta de Formación Profesional.
La partida de educación crece un 70,2% en los Presupuestos Generales del Estado 2021: pasa de 2.876 millones en 2020 a 4.893 millones de euros. Este importantísimo incremento es posible porque, además de aumentar un 7,5% la inversión del Estado ―hasta 3.090 millones―, se suma una inyección de 1.803 millones del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia puesto en marcha por la Unión Europea.
España se sitúa históricamente en la cola europea de gasto en educación; y el Gobierno se ha comprometido a aumentar la inversión hasta llegar al 5% del producto interior bruto en 2025. En 2017, últimos año del que hay datos, supuso el 4,24%. Las mayores beneficiarias de esta inversión extra son las becas (514 millones más), la educación infantil (200 millones) y la Formación Profesional (370 millones).
Becas. La mejora presupuestaria se traduce en un incremento de 515 millones de euros en becas y ayudas al estudio. "La mayor subida de la historia”, se enorgullece el Gobierno. Las becas devoran el 42% del gasto educativo del Estado (los sueldos de la plantilla o la construcción de centros no se incluyen en estas cuentas porque dependen de las autonomías, al estar las competencias transferidas). En mayo la cifra anunciada fue menor: 386 millones más hasta los 1.900 millones. Finalmente son 2.090 millones, un 35% más que el año anterior. La próxima semana los ministerios de Educación y Universidades, por separado, detallarán sus planes de gasto.
Antes de la reforma impulsada por el Gobierno popular con José Ignacio Wert como ministro, la partida era ilimitada: todo el que cumpliese los requisitos cobraba una cantidad tasada antes. Pero ahora la cuantía está condicionada por el número de becarios, y a más beneficiarios menos percibe cada uno. Esta volatilidad en la beca fue muy contestada en la calle por la izquierda, pero al llegar al poder el Gobierno de coalición del PSOE y Podemos no la ha cambiado. El sistema adolece de un grave problema de cobro, pues la última parte casi llega a final de curso. Educación ha logrado reducir la espera unas semanas, pero aún es muy larga.
Universalización de la educación infantil. La gratuidad de las enseñanzas de cero a tres años está encima de la mesa desde el primer Gobierno de Pedro Sánchez, en 2018. Y ahora por fin está respaldada con dinero (201 millones de la partida de Bruselas). No es suficiente para todos los niños, así que la intención es priorizar la escolarización de los menores (es una etapa voluntaria) de entornos vulnerables en nuevas escuelas infantiles públicas o abriendo aulas en colegios. Los Presupuestos de 2019 contemplaron 30 millones de euros en créditos para los Ayuntamientos con déficit que quisiesen impulsar esta etapa educativa, que la Unesco o Unicef consideran vital para frenar las desigualdades entre alumnos y mejorar su rendimiento académico en el futuro. Hoy en España apenas cuatro de cada 10 menores de tres años está matriculado en un centro.
En 2008, el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero lanzó el Plan Educa 3, que preveía crear 300.000 plazas de cero a tres con una partida de 1.087 millones de euros hasta 2012. Llegaron los recortes y el programa se eliminó cuando solo se habían puesto en marcha 71.000.
Formación Profesional. El Gobierno plantea un plan de modernización de la FP de 1.500 millones en cuatro años ―de ellos 370 millones en 2021―, porque es muy consciente de la enorme brecha que hay entre la demanda del mercado y la oferta. Aunque los alumnos han crecido un 77% en una década, España sigue teniendo un gran déficit. La idea del Ministerio de Educación y FP, tras hacer un diagnóstico de la situación con las comunidades autónomas, es crear 200.000 plazas más de FP en cuatro años. “El objetivo es actualizar el catálogo para dar respuesta a la demanda”, ha subrayado la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Esta dotación podrá ser ampliada con fondos del plan de recuperación de la UE.
Entre 2018 y 2030, los nuevos puestos de trabajo que se creen en España requerirán un 65% de profesionales con cualificaciones medias —FP— y un 35% con altas —FP de grado superior y graduados universitarios—, según la proyección sobre el futuro del empleo Skills Forecast, elaborado por la UE. España tiene una de las peores tasas de escolarización en FP de grado medio de todos los países de la OCDE: el 12% frente al 26% de la organización. Los empresarios alertan de que hacen falta decenas de miles para hacer frente al desafío.
Abandono escolar temprano. Pese a que la deserción de las aulas está bajando en España, las cifras sitúan al país a la cola de Europa. El 17,9% de los jóvenes de 19 a 24 años tenían en 2018 como máximo estudios de secundaria. Estos Presupuestos invierten 78 millones de los fondos europeos en el Programa de Orientación, Avance y Enriquecimiento Educativo (#PROA), que refuerza el aprendizaje de alumnos en riesgo de abandonar los estudios. En 2012 el ministro Wert fulminó este programa, que había resultado hasta entonces exitoso.
Digitalización. Con 996 millones de los fondos europeos se financiará, junto a las autonomías, el Plan Educa en Digital, con el que se pretende dotar de dispositivos a los alumnos sin medios (150 millones) o crear aulas interactiva (827 millones). Según la edición de 2018 del informe PISA, el 9% de los alumnos no dispone de ningún ordenador en su casa. Educación tiene mucho interés en que este curso las clases sean presenciales porque con la enseñanza virtual se agrandan las desigualdades. Por ello busca soluciones ante un posible nuevo confinamiento. Otros 204 millones irán a modernizar digitalmente las universidades y cualificar a su plantilla.