CEOE señala que el dato de avance de Contabilidad Nacional Trimestral del tercer trimestre, conocido este viernes, viene a confirmar la desaceleración de la economía española a lo largo de 2023 y advierte que la subida de tipos y el contexto geopolítico, entre otros factores, configuran un escenario que puede lastrar la actividad y el empleo en los próximos meses.
Los datos de Contabilidad Nacional apuntan que la tasa del PIB en el tercer trimestre fue del 0,3%, tras el 0,4% del trimestre anterior (revisado una décima a la baja) y el 0,6% del primero. De esta manera, la variación interanual se ralentiza hasta el 1,8%, frente al 2% del segundo trimestre.
La composición del crecimiento interanual se caracteriza por un comportamiento de la demanda interna favorable, pero menos dinámico que el trimestre anterior (aporta 1,7 puntos porcentuales). Mientras, la contribución del sector exterior se ha vuelto positiva por la mayor caída de las importaciones que de las exportaciones (+0,2 puntos porcentuales).
El vigor del consumo privado, que aumenta un 1,4% intertrimestral, ha sido clave en la demanda interna. Un resultado que se explica por el aumento de la renta disponible y la resiliencia del mercado laboral. El efecto del encarecimiento de la financiación hipotecaria todavía nos e aprecia en el gasto familiar.
El consumo público también aumenta, pero con una tasa de crecimiento más contenida que en el segundo trimestre (0,6%, frente a 1,6%).
Deterioro de la inversión
En el periodo, la inversión se ha deteriorado en términos trimestrales, sobre todo por el retroceso en construcción (–2,2%). Por el contrario, la inversión en bienes de equipo presenta una cierta mejoría y avanza un 2%, tras la contracción registrada el trimestre anterior.
En el sector exterior, tanto exportaciones como importaciones han mostrado una caída significativa y ya acumulan dos trimestres consecutivos de retroceso, reflejo de la debilidad de la demanda mundial y, sobre todo, de nuestros socios europeos.
La evolución por sectores muestra una gran heterogeneidad. Así, destaca la fortaleza del sector de los servicios, sobre todo, en las ramas de actividad ligadas al ocio, las finanzas y las telecomunicaciones. En este punto, resulta notable la recuperación de la industria manufacturera, que anota un aumento trimestral de su actividad a pesar de que los indicadores de confianza, el Índice de Producción Industrial (IPI) y la cifra de negocios han mostrado una mayor debilidad en el trimestre.
Las actividades inmobiliarias también se están viendo afectadas negativamente por la subida de los tipos de interés y el aumento de la incertidumbre, que está frenando las operaciones de compra y venta. Por último, el sector primario está sufriendo un notable retroceso, tanto por la sequía como por el encarecimiento de sus inputs.
Horas trabajadas y productividad
Las horas trabajadas se desaceleran y crecen ligeramente en el tercer trimestre, con una tasa del 0,1%. Sin embargo, el empleo en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo repunta notablemente (+2,4%), lo que lleva la tasa interanual al 3,5%, la misma que la registrada por los ocupados en términos de EPA.
El incremento más intenso del empleo que el del PIB da lugar a que la productividad por ocupado se reduzca significativamente por segundo trimestre consecutivo, con una caída interanual del -1,6%.
Por su parte, los costes laborales unitarios continúan creciendo notablemente, hasta el 5,9% interanual. En comparación con la situación previa a la crisis, son un 17,4% superiores a los del cuarto trimestre de 2019.
Por el lado de las rentas, el Excedente de Explotación Bruto se desacelera por tercer trimestre consecutivo y crece menos que la remuneración de los asalariados, que los impuestos y que el propio PIB en términos interanuales. Además, en el tercer trimestre agudiza su retroceso en lo que va de año y ya es un –4,3% inferior a los datos del cuarto trimestre de 2022.
Con estos datos y de cara al final de año y comienzos de 2024, el balance de los riesgos sigue sesgado a la baja. El impacto de la subida de los tipos de interés sobre el consumo e inversión de familias y empresas y la situación de las finanzas públicas, junto al panorama geopolítico, entre otros factores, configuran, un escenario que puede lastrar la actividad y el empleo. CEOE mantiene una previsión de crecimiento del PIB del 2,4% para el conjunto del año.
Fuente: Departamento de Comunicación de CEOE