El 63% de las personas que realizaron cursos de formación en Lanbide y obtuvieron certificados de profesionalidad en 2021 tenía empleo un año después de la titulación. El dato mejora en 14 puntos la tasa de empleo, pero, además, mejora en 23 puntos quienes tienen estabilidad, mientras se reducen las jornadas reducidas y aumenta en unos 90 euros mensuales el salario medio. Son unos resultados que “suponen que acertamos mejor al ofrecer soluciones con la cualificación que proporcionamos a quienes parten de niveles más bajos”, ha señalado el director general de Lanbide, Francisco Pedraza.
El Servicio Público de Empleo comenzó a realizar estos análisis hace cuatro años, al igual que hace con quienes finalizan sus estudios universitarios y de formación profesional. En el caso de las formaciones que ofrece el propio Lanbide, de especial ayuda para colectivos con niveles formativos mayoritariamente bajos, edad avanzada, condición de extranjero o una combinación de las mismas, características que les aleja de los requerimientos que exige el mercado laboral. Para estas personas, la formación certificable es un camino flexible de acceso al mercado de trabajo, y constituye en muchos casos la vía para no caer en exclusión social.
En 2021 fueron 9.355 las personas que obtuvieron el certificado de Lanbide, un 30% más que el año anterior, condicionado por la pandemia. Entre quienes han respondido a la encuesta, el punto de partida antes de la cualificación era que el 10% tenía un empleo, pero en diciembre de 2022 lo tenía el 63%, la cifra más alta en esta serie, que supone 14 puntos más que en 2021, 16 más que en 2020 y 7 más que en 2019.
Calidad del empleo
Pero además de la tasa de empleo, se incrementa de manera significativa, hasta el 91%, la tasa de actividad de quienes tras estos cursos trabaja o está buscando activamente empleo, frente al 84%, el 87% y el 88% de los años sucesivamente anteriores. En consecuencia, la tasa de paro entre estas personas descendió en 11 puntos con respecto al ejercicio precedente.
En cuanto a la calidad del empleo que obtienen tras esta preparación complementaria a sus estudios básicos, el 52% de estas personas tiene un empleo estable, lo que supone 23 puntos por encima de los que lo hicieron en los años anteriores, y disminuye ligeramente quienes están con jornadas reducidas, incluidas quienes lo hacen de forma voluntaria.
Además, con respecto a los salarios, el medio de estas personas es de 1.214 euros por 14 pagas, lo que supone 90 euros mensuales más que en el año anterior. La diferencia salarial media entre 2019 y 2020 fue de una subida de ocho euros, y entre 2020 y 2021 disminuyó en 9 euros.
Al igual que entre el resto de la población, las mujeres presentan peor calidad del empleo, con una estabilidad 4 puntos menor que los hombres, un salario un 8% inferior y un 48% de jornadas reducidas frente al 24% de los hombres.
“Éste tiene que ser nuestro reto inmediato en el conjunto del ámbito del empleo, una igualdad plena. Pero esta encuesta vuelve a demostrar que el proceso de transformación de Lanbide afecta también a las soluciones que ofrecemos a las personas con más dificultades del empleo, que estamos acertando en las soluciones”, ha valorado el director general del servicio público. Porque cuando se habla de las necesidades de perfiles y de la obligación de cualificación, ha añadido, “no podemos olvidar nunca todos los ámbitos de cualificación, los más excelentes, los medianos y los más básicos. En todos ellos hay oportunidades que queremos explorar y que van a perfeccionarse con la Ley de Empleo aprobada hace un mes”.
Fuente: Departamento de Comunicación de LANBIDE.