Las pequeñas y medianas empresas españolas, que representan el 99,8% del total, son más pequeñas que sus homólogas europeas, con una ocupación media de 4,8 personas, frente al promedio de 5,9 ocupados en Europa. Como refleja el último informe de Crecimiento Empresarial de CEPYME, España tiene una mayor proporción de empresas pequeñas en relación con los países de nuestro entorno.

Las diferencias más acusadas se establecen al comparar la ocupación media de la empresa en España con la de países como Alemania, con 11,9 de ocupados, Reino Unido (8,7) e incluso con Austria y Dinamarca, con 7,6 y 7,3, respectiva­mente.

El número de medianas empresas en nuestro país (18.123 en 2022) debería aumentar un 36% para alcanzar la media de los principales países europeos de nuestro entorno (24.735 empresas). Aunque en los últimos años se ha registrado una ligera tendencia hacia el incremento de tamaño empresarial, esta todavía es insuficiente para atajar la brecha existente con la media europea.

Las consecuencias de tener un tejido empresarial más pequeño que nuestros socios y competidores europeos acarrea una serie de desventajas, entre ellas, salarios más bajos por sus menores recursos, menos posibilidad de captar y retener talento; menor capacidad para acceder a la financiación necesaria; menor capacidad para exportar e innovar y, en definitiva, menor productividad y competitividad y recursos para afrontar situaciones de crisis. Lo que, finalmente, se traduce en una vida empresarial más corta y en mayores dificultades para perdurar.

El menor tamaño de las empresas españolas hace que su productividad sea más baja. Así, las ventas por ocupado de las empresas espa­ñolas (329,3 euros/ocupado), medidas en euros de un mismo poder ad­quisitivo en todos los países. Las mayores brechas se registran con relación a Irlanda (788,7 euros/ ocupado), Bélgica (592,4 euros/ocupado) y Dinamarca (485,5 euros/ocupado). La media de los países europeos analizados es de 362,2, un 10% más que en nuestro país.


Fuente: CEPYME