En septiembre, la inflación general registró una notable desaceleración de su tasa de variación hasta el 1,5%, frente al 2,3% del mes anterior. Esta tasa es la más baja desde marzo de 2021. Desde CEOE se recuerda que la estabilidad de precios supone una menor incertidumbre y permite planificar mejor las decisiones de consumo e inversión, posibilitando una asignación más eficiente de los recursos y un incremento del potencial productivo de la economía. En este sentido, el AENC y la desindexación de precios y salarios han contribuido al control de la inflación en un contexto de incrementos de precios en muchos productos debidos a shocks externos a nuestra economía.

Todos los componentes de la inflación registran una moderación en los ritmos de crecimiento de sus precios, aunque han sido los productos energéticos y los alimentos los que más han contribuido a esta desaceleración.

Los precios de los servicios se sitúan como los más inflacionistas de la cesta. El dinamismo de la demanda en los servicios, junto con el aumento de los costes de producción, incluyendo los salariales, podrían ser factores que dificulten la contención de sus precios en el medio plazo.

La extensión de las medidas de reducción de impuestos para moderar la inflación también se ha visto reflejada en las cifras de estos últimos meses. La reversión de estas medidas, -IVA de los alimentos básicos al 2% a partir de octubre y vuelta al 21% en la electricidad si se contiene el precio del MWh-, puede suponer ciertos incrementos en la inflación en los próximos meses.

Las previsiones apuntan a que la inflación repuntará ligeramente en los últimos meses de 2024, cerrando el año ligeramente por encima del 2% y la subyacente continuará moderándose. En todo caso, esta evolución se verá condicionada por el ritmo de reversión de las medidas antiinflacionarias y los precios de las materias primas en los mercados internacionales.

En la Unión Monetaria, la inflación también ha desacelerado significativamente, cuatro décimas hasta el 1,8%, mientras que en España el IPCA de septiembre redujo su tasa interanual siete décimas, hasta el 1,7%, por lo que el diferencial se tornó negativo en una décima.

Análisis desagregado

Dentro de la inflación subyacente, se observa una desaceleración de los precios de todos sus componentes. Así, los precios de los servicios recortan en dos décimas su tasa interanual hasta el 3,3%, aunque se mantienen como el elemento más inflacionista de la cesta: los precios de los bienes industriales sin productos energéticos disminuyen su tasa de variación en una décima hasta el 0,4%; y los alimentos con elaboración, bebidas y tabaco recortan su tasa interanual en seis décimas, hasta el 2,5%.

Los precios de los alimentos sin elaboración desaceleran su tasa interanual en nueve décimas, hasta situarse en el 0,8%.

Los productos energéticos registraron una significativa caída de sus precios hasta el -6,5%, frente al -1,5% del mes anterior, debido fundamentalmente al retroceso de los precios del carburantes y lubricantes.

En septiembre, el precio del crudo Brent se situó en 74 dólares/barril, lo que supuso un descenso del -7,9% frente a agosto y del -21% con respecto a un año atrás. En euros, la rebaja fue algo más acusada, del -8,7% mensual y del -24% en tasas interanuales. Sin embargo, en los primeros días de octubre, las tensiones en Oriente Medio han presionado el precio del petróleo al alza, hasta los 77,9 dólares/barril en promedio. De mantenerse estos niveles, las tasas interanuales seguirán siendo negativas, aunque más moderadas, del -14% en dólares y del -18,2% en euros. Por su parte, los precios de los futuros apuntan a que las tasas interanuales seguirán negativas, aunque con diferentes intensidades, hasta finales del próximo año.


Fuente: CEOE.