La empresa española sigue siendo de las más pequeñas de Europa. Junto con Italia y Portugal, España es el país de la UE con más porcentaje de empresas pequeñas, superior al 99%. Y el 94% de las empresas españolas tiene una media de apenas 1,7 ocupados, lo cual supone un freno a las opciones de mejorar la productividad, las ventas, las exportaciones, los salarios, el empleo y, por ende, el crecimiento del PIB. Además, la ganancia de tamaño de las empresas españolas granjearía una mayor recaudación a las arcas públicas sin necesidad de subir los impuestos ni las cotizaciones.
Son algunas de las conclusiones del informe Crecimiento empresarial, elaborado por el servicio de estudios de CEPYME, el cual cuantifica que elevar el tamaño de la empresa española a la media europea permitiría:
- Bajar la tasa de paro en cinco puntos porcentuales
- Aumentar el PIB un 5%
- Reducir el déficit fiscal en torno al 2% del PIB sin aumentar la presión tributaria
- Recortar en más de 4 puntos porcentuales el peso de la deuda pública sobre el PIB
- Elevar las ventas en 218.000 millones de euros
- Expandir la masa salarial en 29.500 millones de euros
- E incrementar la recaudación en 21.000 millones de euros
Ante este escenario, CEPYME pide un entorno normativo que facilite el crecimiento empresarial, lo que beneficiaría al tejido productivo, al conjunto de la economía, a las arcas públicas y, en definitiva, a toda la sociedad.
La Confederación pide como principal medida para fomentar el crecimiento dar cuatro años a las empresas antes de hacer efectivos los escalones regulatorios y, especialmente, poner fin a la política de costes y carga burocrática llevada a cabo por el Gobierno durante los últimos años.
Fuente: CEPYME