El pasado jueves se aprobó la ley de interinos que establece que todos aquellos trabajadores que desde el año 2016 ocupen un puesto de interino en la Administración de Justicia pase a ser fijo sin necesidad de hacer examen de oposición. Esto ha levantado un gran revuelo entre los estudiantes, ya que lo consideran injusto.
La ley, que está desarrollada en un real decreto, tiene como objetivo reducir la temporalidad del sector público y esto podría afectar a unas 300.000 plazas ocupadas por personal temporal que deberán convertirse en fijas antes del 31 de diciembre de 2024.
Algo que ya está haciendo mella en las academias de oposiciones. Centros de Madrid, Andalucía, País Vasco y Cataluña han comenzado a notar bajas de los alumnos y, sobre todo, mucha desmotivación, lo que, a la larga, auguran que traerá una bajada en sus beneficios.
Un descenso del 50% de alumnos
En una academia de Sevilla ya han registrado un descenso del 50% de alumnos con respecto al año anterior. Consideran que “para los alumnos ya es bastante dura la disciplina que conlleva estudiar una oposición y esto les hace venirse abajo, sobre todo a los más jóvenes”.
Varias academias aseguran que cuando se publicó la noticia les llovieron llamadas y emails de alumnos preocupados y con muchas dudas. Incluso algunos, se echaron atrás en ese momento.
En otro centro de estudios de País Vasco manifiestan su desacuerdo con la ley y aseguran que “desde las academias no podemos hacer nada al respecto, solo seguir motivando a los alumnos”.
También ocurre en una escuela de Barcelona, donde, aunque aún no tienen datos concretos, “se están empezando a notar las bajas”.
Frustración entre los opositores
Son numerosos los casos como el de N.P., que lleva opositando desde hace dos años para letrada de la Administración de Justicia. Aprobó el examen en abril de 2021 con una nota de 87 sobre 100 pero, aun así, tiene que seguir presentándose a la prueba para obtener una plaza porque se trata de un concurso-oposición.
Lo que quiere decir que, además de realizar el examen, debe someterse a un concurso de méritos, entre los que destacan la experiencia de trabajo en la administración y el número de veces que se ha ido a examen. Por lo que debe seguir acudiendo a las próximas convocatorias y, por ende, seguir estudiando. Es razonable que los opositores se sientan frustrados ante el anuncio de la nueva ley.
Este es el perfil de estudiante, según las academias, que más desmotivado se encuentra porque, “para ellos supone invertir tiempo y dinero y, si cada vez tienen menos certezas de que puedan llegar a conseguir la plaza, pueden acabar abandonando”.