El dato del PIB del primer trimestre sorprendió al alza, con un crecimiento trimestral del 0,7%, la misma tasa que en el cuarto trimestre de 2023 (que a su vez se ha revisado una décima al alza). Con este resultado, se intensifica el ritmo de avance de la actividad al inicio del año, con una variación interanual del 2,4%, frente al 2,1% anterior.
Dada la mejora del crecimiento de la actividad al inicio del año, las perspectivas para 2024 podrían mejorar ligeramente por encima del 2%. No obstante, hay que tener en cuenta que el entorno de la economía española sigue caracterizado por una elevada incertidumbre, no solo por las tensiones geopolíticas procedentes del exterior y la debilidad económica de Europa, sino por las medidas de política económica que merman la competitividad empresarial, básicamente, por el aumento de costes. Por todo ello, si bien la economía está aumentando a buen ritmo, hay que mantener la cautela de cara a su evolución futura.
Si se analiza la composición del crecimiento, la valoración también es positiva. La inversión empresarial repunta un 3,7% en tasa trimestral y el consumo de los hogares españoles aumenta un 0,3%, la misma tasa que el cuarto trimestre de 2023. En cambio, desciende el consumo público respecto al trimestre anterior por primera vez en dos años y la aportación de los inventarios resta crecimiento.
La inversión en el primer trimestre ha mostrado un avance en términos trimestrales, gracias al crecimiento tanto de la inversión en construcción como en maquinaria y equipo. No obstante, respecto a finales de 2019 todavía se encuentra un 2,2% por debajo, que se agrava en el caso de la inversión en maquinaria y equipo hasta el –6,4%.
En cuanto al sector exterior, tanto las exportaciones como las importaciones han mostrado tasas positivas, si bien más moderados que en el trimestre anterior. En términos intertrimestrales, el mayor avance de las exportaciones habría dado lugar a una aportación del sector exterior de cinco décimas al crecimiento del PIB. En esta aportación, las exportaciones de servicios han contribuido con 1,4 puntos porcentuales, de los cuales 0,9 puntos corresponden a las exportaciones de servicios turísticos.
Datos por sectores
Se observa una evolución positiva en la mayoría de los sectores. Cabe destacar la fortaleza del sector de la construcción y de los servicios, sobre todo, este último en las ramas de actividad ligadas al ocio, las finanzas y las telecomunicaciones. No obstante, se observa una desaceleración en su ritmo de avance trimestral.
Hay que señalar la recuperación de la industria manufacturera, que anota un aumento de su actividad por tercer trimestre consecutivo y eleva su tasa interanual hasta el 3,3%, en línea con la mejora de los indicadores como PMIs o IPI. También las actividades inmobiliarias, que venían registrando peores resultados, han mostrado un cambio de tendencia.
En contraste con el dinamismo de la actividad, el empleo cae con respecto al trimestre anterior, tanto en términos de horas trabajadas (-0,3%), como en puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo (-0,1%). De esta forma, en términos interanuales el empleo desacelera su ritmo de crecimiento al comienzo del año 2024, hasta una tasa del 1,3% en el caso de las horas trabajadas y el 3,4% para los puestos de trabajo.
El incremento menos intenso del PIB que el del empleo da lugar a que la productividad por ocupado se reduzca por cuarto trimestre consecutivo, registrando una caída del -0,9% en términos interanuales en el primer trimestre. En cambio, la productividad por hora trabajada repunta al comienzo del año, con un crecimiento interanual del 1,1%.
La remuneración por asalariado y los costes laborales unitarios siguen mostrando un crecimiento notable, si bien se moderan en el primer trimestre. La remuneración por asalariado lo hace hasta una tasa interanual del 4,4% y los costes laborales unitarios hasta el 5,4%. Sin embargo, en comparación con la situación previa a la crisis, los costes laborales unitarios son un 20% superiores a los del cuarto trimestre de 2019.
Por el lado de las rentas, hay que destacar que el EEB desciende en términos trimestrales y mantiene su tasa interanual en el 2,6%, un crecimiento muy por debajo de la remuneración de los asalariados (8,4%), de los impuestos (6,3%) y del propio PIB (5,7%). De hecho, el EEB está perdiendo peso en el PIB, hasta un 41,4% del PIB al inicio de 2024, por debajo del 43,2% que representaba en 2019, mientras que el peso en el PIB de la remuneración de los asalariados sí supera las cifras de 2019.
Fuente: CEOE